Un 'cazagoles' perdido en algún rincón de Orriols

VALÈNCIA. Iván Romero es el máximo goleador del Levante en lo que va de temporada. Con cinco dianas y contra pronóstico, el delantero manchego se ha convertido en el artillero de referencia de Julián Calero, sin ser, ni mucho menos, primera espada para el técnico desde el inicio del curso. Sin embargo, sí acumula seis encuentros de Liga siendo titular. Entre las lesiones de Brugui y la reciente con recuperación exprés de Morales, además de las dificultades de Fabrício para recuperar ritmo -a pesar de ser una de las figuras en las que más esperanzas se depositaron antes de su caída al dique seco en verano-, Romero ha dado un paso al frente. 

El ex del Sevilla, eso sí, los anota de dos en dos. Marcó un doblete ante el Deportivo de la Coruña antes del inesperado parón por la DANA, y este miércoles hizo lo propio frente al Málaga. A ese póker, hay que añadir el que marcó en Ipurúa en solo 22 minutos de juego de los que dispuso desde el banquillo. Son más que Brugui y más que Morales, quien está a punto de convertise en el máximo artillero de la historia del club granota -está a solo dos tantos de los 75 de Roger Martí en todas las competiciones-. 

Precisamente desde la dupla que formaba el Comandante con el actual atacante del Cádiz, el Levante no ha encontrado el 'cazagoles' que necesitaba. En la última temporada del equipo en Primera División, Morales acabó con 13 tantos en 35 partidos, el mismo balance que en la 20/21 siendo en ambos casos la referencia en esta partida. Antes, Roger tocó tales cifras. El valenciano incluso marcó 22 en el paso anterior de la entidad de Orriols en la categoría de plata. Desde el último descenso, ni rastro de esa figura goleadora, que se ha convertido en uno de los grandes debes de Felipe Miñambres en sus planificaciones deportivas. 

El ejecutivo astorgano mantuvo a algunas figuras importantes tras el descenso de mayo de 2022, como la de un Roberto Soldado que desembocó en fiasco. También firmó a Wesley y Bouldini, y de ambos solo el africano se acercó a lo que pudo ser el 'cazagoles' necesario para optar al ascenso. Lo de Bouldini fue un permanente tira y afloja en lo deportivo y, también, en el plano personal. Las dos temporadas del ariete de Casablanca acabaron con ocho tantos ligueros. Y a estas alturas de competición, a las puertas del mes diciembre del año pasado, sumaba exactamente los mismos que hoy ya ha endosado Romero.

Peor era el bagaje del marroquí en el mismo punto de La Liga en su primer curso. Había anotado dos tantos en diciembre, pero su final de temporada fue algo más prolífico, sin alcanzar jamás una regularidad que permitiese al Levante llegar holgado a aquella batalla por el ascenso directo que acabó en drama. Hoy, Romero tiene a tiro de continuidad superar a Bouldini y, algo más lejos, alcanzar las cotas de los últimos goleadores, extraviados en algún rincón del Ciutat, que un día endulzaron el ataque levantinista.