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Un elefante en la habitación

25/11/2021 - 

VALÈNCIA. El último club europeo en caer entre las garras de un fondo remoto especulativo es el Génova. Un aparato financiero desde Estados Unidos, con el nombre de 777, que con otro nuevo movimiento pantalla retiene una enseña clásica para jugar con el reloj de arena: a esperar el momento idóneo para rentabilizar la inversión. Forma parte de esa ola de efectos pandémicos que amenaza los equilibrios del fútbol europeo como nunca antes. A diferencia de otros procesos de financiarización de los clubes, el fondo no ha colocado al mando a un desconocido allende los mares, sino a alguien que conoce tan profundamente el fútbol italiano que ha servido de médico de Berlusconi durante décadas. Es Alberto Zangrillo, nuevo presidente de los genoveses.

Peter Lim operó desde bien pronto con la estrategia contraria. El proceso de utilización del Valencia iba a requerir un desembarco cultural; sería su gente la que acometería su misión, sin intermediarios, una vez descabalgado Salvo. El plan tenía una gran ventaja: poder manipular la escena a conveniencia. Por tanto, disponer de las fichas necesarias sobre el tablero para que como señuelos estuvieran despistando la atención, haciéndonos mirar a la anécdota mientras tras ella sucedía lo trascendente. Una guardia pretoriana cuidando las tierras. El plan también guardaba una gran debilidad: una abstracción del medio tan exagerada que llevara a esos mismos aliados destinados a la colonia a ser un peligro para su propio empleador.

Viendo el bailecito de Joey Lim en Donostia pensé en que a Murthy le había salido competencia. Pensé que aunque no sea familia del propietario, sí manifiesta la endogamia de su ejecutiva. Pensé que de tan alejados de la realidad y del entorno apenas se percatan de lo que están provocando: sus reacciones son un acicate privilegiado para aunar a todo quisqui (excepto a las lapas) en contra del holding intruso. En lugar de prolongar la frustración de una grada sedada que ve infranqueable a su amo, se están dedicando con sus portes ridículas a movilizar a una masa que estaba a punto de tirar la toalla.

La impericia de los actores secundarios de Meriton alcanza el punto de que han llevado a la propia corporación a lo que parecía un imposible hace apenas meses: retransmitir en directo al elefante en la habitación. Si hasta ahora el elefante era ignorado, impronunciable, si no existía riesgo de poner en duda a Lim desde el propio VCF, Joey y Anil lograron que el comunicado oficial de la semana incluyera en su verborrea la mención a ‘Lim go home’. El elefante en la habitación.

Nada le conviene más al valencianismo como que los enviados de Lim sigan bailando. 


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