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los de paco lópez, impecables en defensa ante el atleti, también saben sufrir junto a un dani cárdenas que sigue volando

Un Levante polifacético

21/02/2021 - 

VALÈNCIA. El once inicial del Levante volvió a generar debate en la previa del partido en el Metropolitano. De nuevo una plaga de "rotaciones" -si es que así se pueden llamar en los planes de Paco López- y algunos cambios de impacto. El de Dani Cárdenas en la portería fue el más sorprendente, pero también la puesta en escena de los cuatro centrales del equipo, con Róber Pier como único pivote. El mapa de partido que quería el Levante estaba claro, con un guión similar al del duelo 'de ida' en el Ciutat, como ya advirtió Paco López en la previa... y con una cara mucho más conservadora de lo habitual en el cuadro granota.

La cara del equipo fue distinta. La misma que el miércoles y con distinta suerte, pero lejana a otros choques. Con la consigna clara de hacerse fuerte en defensa a sabiendas de las pocas ocasiones de salir con velocidad de campo propio que iban a existir, el Levante supo jugar su partido. Quizá fue uno de esos planteamientos que, en otras citas ante rivales de menos solera, se han echado de menos. La antítesis del correcalles, el sinónimo de resistencia. Y para ese dibujo fue imprescindible el pincel de los tres zagueros: un Vezo fino, un Duarte muy serio y un Róber Pier en el mejor momento desde que salió de su lesión de cruzado. 

El gallego diseñó su mente para iniciar en el centro del campo, como pivote, pero la lesión de Postigo en el calentamiento le obligó a volver a la defensa. Y allí tiró de repertorio: velocidad al corte, fortaleza en el cuerpo a cuerpo, orden y salida de balón sobre todas las cosas. Aún con el tipo de partido que se desplegó en Madrid, fue habitual ver al coruñés salir con la pelota jugada y muy buen criterio para convertirse, en cómputo global y con permiso de los autores de los goles en la hazaña, en uno de los mejores del partido.



Con su sello, los granotas supieron defender y sufrir. Pedecieron en los minutos más amargos del segundo tiempo, más de un cuarto de hora en el que el Levante no pudo salir de campo propio ni retener la pelota en sus pies. Sin embargo, el equipo se puso el machete entre los dientes y demostró que también sabe defender resultados, que no se ciñe a una única idea, que no solo se acomoda en el vértigo y en el vaivén de las montañas rusas. Este Levante ha crecido en fiabilidad.

Dani Cárdenas sigue volando

Y esa fiabilidad también tiene guantes. El de Terrassa reeditó otra actuación de mucho mérito, no solo por las paradas que saldrán en los highlights del partido -la soberbia estirada al disparo de Lemar, el pie milagroso ante Joao Félix e incluso el roce que desvía el descomunal lanzamiento de falta de Luis Suárez-, sino también por la seguridad que Cárdenas es capaz de transmitir a sus compañeros. El de ayer fue su séptimo partido en el primer equipo levantinista desde que debutara en noviembre en Pucela y su crecimiento es palpable: diez paradas, récord de apariciones de un portero que termina un choque sin encajar esta temporada, según la base de datos de @OptaJose.

Sorprendió la decisión de que él fuera el guardián de la meta granota en el Metropolitano por delante de Aitor. Sobre todo, para los más analíticos, de cara a la titularidad el próximo 4 de marzo en la vuelta de las semifinales de Copa. Aún así, el catalán, que desde el viernes llevaba rumiando su puesta en escena en el estadio del líder, mantiene la confianza en ocupar los palos coperos del Levante. Por su cabeza no pasa de momento que la oportunidad de ayer ante el Atlético -donde de nuevo respondió con brotes de convertirse en el portero del futuro en el Ciutat de València- sea un desvío en ese aspecto. Más bien un espacio para seguir sumando minutos en la distancia de tiempo entre ida y vuelta de la eliminatoria de Copa.

Contra todo y contra todos

Este Levante está haciendo historia. Los puntos ganados ayer en el Metropolitano valen lo mismo que los que se llevó Osasuna hace una semana del Ciutat y por esa vía el cuerpo técnico mantiene su exitoso discurso de pies en el suelo. Pero nadie puede girar la cara a datos que hoy iluminan al levantinismo. 

El primer equipo en ganar este curso en el Metropolitano ha sido el Levante de Paco López, el tercer entrenador de la historia de La Liga en desvalijar la casa del Atlético y la del Real Madrid en una misma temporada. Los dos primeros son palabras mayores, en clubes de palabras mayores: Luis Enrique y Pep Guardiola en el Barcelona, según datos de la cuenta @OptaJose.

Y eso en medio del mayor terremoto de lesiones que ha sufrido el de Silla como entrenador del Levante. En tiempos de pandemia y pretempordas cortas, y con todos los problemas físicos en todos los vestuarios de La Liga, en Orriols ya han caído 14 lesiones musculares, contando la de Postigo en el gemelo pendiente de pruebas que confirmen su estado real.

Melero entre algodones, Campaña fuera de combate, ahora Radoja soñando con poder estar en el duelo de semifinales de Copa, y la actual caída de Postigo. Ese es el parte de guerra. Lo del central madrileño no tiene buena pinta, pero a la espera de que pueda estar el viernes que viene ante el Athletic, Paco López también pierde a Vezo por acumulación de tarjetas. La situación, pese a la alegría de la victoria ante el Atleti, empieza a ser crítica. Con solo dos centrales aptos de momento para el choque de la próxima jornada y Coke como opción para ocupar la zaga -sobre todo en una defensa de tres, donde ya ha actuado esta temporada-, el Levante pierde la posibilidad de utilizar a Pier en la medular. 

Además, Malsa sigue arrastrando desde principios de año los dolores en la cabeza del peroné que no le han hecho perderse convocatorias pero si le han obligado a dosificar esfuerzos. Ayer, de hecho, iba a arrancar desde el banco siendo el único pivote real sano de la plantilla. Mientras, Morales parece invencible y no explota a pesar de seguir acumulando minutos y titularidades, y Roger calentó ayer las sillas de la grada rojiblanca para fortuna de su abductor. Una plantilla poco acostumbrada al 'tute' de encuentros de los febreros ilusionantes -sobre todo, no planificada para las alturas que ha cogido el equipo este curso- puede terminar rompiéndose en pleno vuelo.

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