Un repaso al circo

VALÈNCIA. Me he propuesto no hablar más de la causa de Johor y su príncipe, porque entiendo que ya es muy dañina para el Valencia CF. Es más, si algo ha demostrado la historia es que la aristocracia ha sabido vivir a costa de los demás con especial habilidad y con usura. Y eso creo que ha hecho, de momento, el príncipe: ha usado el nombre de este club para darse a conocer (solo sabían de él sus súbitos), para venderse al mejor postor y para hacer que su ego sea todavía más grande que su extravagancia, bien demostrada en redes sociales. Respeto su persona, pero me parece que usar así, de esta manera, el nombre del Valencia CF augura un mal futuro, incluso parece que más negro que el que ya tenemos. No te extrañe que, en breve, también publique que está interesado en comprar el Moncadense, el Rafelbunyol o el Benitatxell si hace falta. Y digo estos porque, por tantear, ya ha tanteado casi todo. Lo dicho: es lícito que haga lo que quiera con su fama, su poder, su dinero y sus sueños de gavilán, pero que deje, de momento, tranquilo al valencianismo, que bastante mal lo estamos pasando ya para que nos creen falsas expectativas sobre lo que será o dejará de ser. De momento, la única puerta mínimamente abierta por donde el Valencia CF puede escapar de tan negro futuro es su posible fiscalización, reuniendo, de una vez, ese 5 % de las acciones. Todo lo demás: humo. Y aquí ya huele demasiado a quemado. Llegados a este renglón, pongamos un punto y aparte a este asunto de los delirios johornianos, a sus puestas en escena a través de las redes sociales, al bombardeo de informaciones contrapuestas y demás: la estrategia esa de dejarse querer por otros clubes y cosas semejantes es muy vieja y Peter Lim tonto, lo que se dice tonto, no es. A ver si al final de todo Anil Murthy tenía razón con respecto a este asunto: ya sería la leche.

Sigo con mi repaso: no sé si el valencianismo debe ir acostumbrándose a la ausencia de Gayá, pero ya hemos visto que con el de Pedreguer este equipo es una cosa y sin él, es otra muy distinta. Algo me dice que Meriton prepara su gran jugada: la inevitable marcha de su capitán, como gesto de extrema necesidad financiera. Casi como un sacrificio al que las circunstancias les ha empujado. Mentira, claro. Por lo que se sabe, no ha habido intención alguna por renovarle en estos últimos meses: bueno, renovarle como corresponde a un jugador de su categoría. Entenderán, desde Meriton, que su ficha sería la más alta de la plantilla si se quedara y lo que buscan es bajar el coste como sea, a costa de los que ellos no han traído. Esto lo van a conseguir con la salida de jugadores que aportan muy poco y cobran mucho, tales como Gameiro o Mangala. Esperemos que los Sobrino, Cheryshev y compañía también salgan, pero lo malo es que el Valencia CF parece que no está por la labor de poner a Gayá como el auténtico capitán de este barco, porque para cobrar una buena pasta ya está Murthy ¿verdad?

Siguiendo de este repaso que, como valencianista, me hago para adentro, me pregunto si el Valencia sabe ir más allá de Francia o Portugal para descubrir nuevos valores futbolísticos. Hay mercados emergentes en la vieja Europa que ofrecen futbolistas de una valía importante, pero parece que solo podemos o sabemos mirar a estos dos países vecinos, ya no por la capacidad óptica de quienes se encargan del apartado deportivo, sino más bien (y esto sí me preocupa) por una cuestión de presupuestos, pues no es lo mismo pagar un viaje a Argentina que a Portugal, donde, además, Jorge Mendes ya nos evita los costes, aunque se los cobra luego por otro lado. Me cuesta pensar que no seamos capaces de captar ni uno solo de los sobresalientes jugadores brasileños que están saliendo, o de los argentinos. También me cuesta creer que no seamos capaces de no ver la liga holandesa o incluso la belga o la noruega, donde hay futbolistas muy aprovechables, que están dando un rendimiento óptimo ya en las categorías inferiores. Y digo esto no porque no crea en la Academia, sino porque el modelo de club que han impuesto va en esa línea, muy del Ajax, de rastrear hasta el último rincón y por poco dinero ir formando gente que luego se vende por un buen dinero. No sé, es como si nos quedásemos en medio de la nada, sin definición y sin identidad alguna. Tampoco se trata de tirar a nadie a la calle, sino de poner medios, que no estaría nada mal. Por cierto: les regalamos dos futbolistas gratis al Almería…no estaría tampoco nada mal negociar, a la baja, por Sadiq Umar, que me parece muy aprovechable. Pero claro, entre johoríes o johorianos, miserias económicas y políticas contradictorias, no sé quién tendría la autoridad ni la capacidad de gestión suficiente para hacer una operación así. De momento, ni los que están (y mandan) ni los que dicen que quieren estar tienen crédito, por mucho dinero que tengan.