El equipo valenciansita no compitió ante el Levante, que se jugaba la vida y se notó en el césped
VALENCIA. Un nuevo derbi y una nueva derrota para el Valencia en un partido que sigue la tónica habitual de la temporada, sin actitud y sin competir. Y es que el choque se lo llevó el equipo que sabía que se jugaba la vida, el Levante, ante un Valencia en tierra de nadie, que se paseó por el Ciutat.
El Valencia no estuvo en el primer acto del partido, pero pese a eso pudo marcharse al descanso con ventaja ya que gozó de dos claras ocasiones. La primera jugada del partido dejaría claro lo que sería el encuentro. Parejo recibió el balón y lo perdió ante la presión de Deyverson, y eso fue el encuentro, un Valencia sin intensidad ninguna y un Levante muriendo en cada pelota.
Pero pese a esto, el conjunto de Neville pudo adelantarse en el marcador en una jugada de Feghouli, que se encontró el balón dentro del área, solo ante Mariño pero inexplicablemente no remató de primeras, recortó, y con su pierna izquierda la estrelló en el guardameta granota, que salvó a su equipo.
No tardó el Levante en responder y ocho minutos después, una buena jugada entre Deyverson y Rossi acabó con el remate del italiano que se estrelló en el palo. En esta ocasión la madera salvó a los de Neville cuando se cantaba el gol en el Ciutat. El Valencia entró en el intercambio de golpes y tras un fallo de Juanfran Feghouli volvió a encarar a Mariño, su disparo, en esta ocasión se marchó rozando el palo derecho.
En esa jugada, en el minuto 25 se acabó el Valencia. Y es que el resto del primer acto fue totalmente granota, que a punto estuvo de marcar en varias ocasiones, la más clara fue para Deyverson, el mejor del encuentro, que no acertó a rematar desde el área pequeña. El partido llegó al descanso con cero a cero, algo sorprendente viendo las ocasiones de uno y otro equipo.
Pero si la primera parte de los de Neville fue mala, la segunda fue todavía peor. El equipo valencianista apenas inquietó a Mariño. El dominio y las ocasiones fueron para el Levante, consciente de lo que tenía en juego, hasta que al final llegó el gol que desequilibró el partido, como no podía ser de otra manera, a balón parado.
Esta vez fue en un saque de banda, con seis jugadores del Valencia para defender a Rossi y Deyverson, pero el italiano aprovechó la pasividad defensiva y acabó marcando el gol que sería definitivo. A partir de ahí el Valencia intentó empatar pero el equipo en ningún momento le creó peligro a Mariño.
El Levante se llevó los tres puntos, que son de oro en su lucha por la salvación y sigue agarrándose a la primera división.