VALÈNCIA. El Valencia de la actual temporada avanza por el campeonato inmerso en la contradicción entre la solidez en Mestalla y la realidad de un equipo que se desmorona a domicilio y ha tenido en sus dos últimos desplazamientos, a Mallorca y Getafe, dos de sus partidos más negros de las últimas décadas.
Sin actitud ni intensidad y siempre a merced del rival, el equipo valenciano vio como un Getafe muy superior dejó en 3-0 un marcador que no fue más contundente por las buenas intervenciones del meta Jaume Doménech. En circunstancias parecidas cayó por 4-1 en Mallorca en la salida anterior.
"Ha sido una mierda", resumió el central brasileño Gabriel Paulista la actuación del equipo en Getafe ante un rival que puso todo lo que no había puesto el Valencia sobre el terreno de juego.
El técnico del Valencia, Albert Celades, había explicado una semana antes que lo de Mallorca se podía considerar un accidente, algo que a cualquier equipo le puede ocurrir. Al Valencia le ha pasado dos veces en dos desplazamientos consecutivos.
Esta dinámica negativa fuera de Mestalla solo encuentra alivio en los partidos que el Valencia ha disputado en casa hasta el punto de haberse convertido en un particular "doctor Jekyll y el señor Hyde", capaz de ofrecer dos versiones diametralmente opuesta.
Los números así lo indican, ya que además de no haber perdido en casa hasta el momento en el actual campeonato, el conjunto valenciano ha sumado en Mestalla veintiséis puntos de los 36 disputados (72 por ciento del total) y recientemente dieciséis de los dieciocho en juego con cinco victorias y un empate.
En los últimos tres partidos, el equipo no ha recibido goles ante su público y ha sido despedido con aplausos en casi todas las ocasiones, en especial en la reciente visita del Barcelona (2-0).
La transformación del Valencia llega cuando se descompone por completo en sus desplazamientos, ya que antes de las dos goleadas en Mallorca y Getafe, sumó un punto en Valladolid (1-1) gracias a un tanto marcado en el tiempo de prolongación de un partido discreto.
Tras la derrota en Getafe, la balanza en la apreciación de la realidad del Valencia tiende al pesimismo, sobre todo si se tiene en cuenta que haber sumado los últimos seis puntos a domicilio le habría colocado en puestos de Liga de Campeones y con cierta holgura.
En este contexto, el Valencia ha superado en casa las carencias provocadas por las lesiones más o menos graves de algunos de sus jugadores importantes (Cillessen, Piccini, Garay, Kondogbia, Guedes, Carlos Soler, Cheryshev, Rodrigo o Gameiro), de la misma forma que a domicilio esas ausencias han supuesto un lastre.
Quizá la falta de combatividad lejos de su estadio es el principal defecto del actual Valencia. Prueba de ello es que también se ha dejado notar en las tres eliminatorias de Copa del Rey jugadas fuera de Mestalla.
Ante el Logroñés se salvó por un ajustado 0-1 y frente a la Cultural Leonesa, también de Segunda B, necesitó de los penaltis parar pasar tras un 0-0 en 120 minutos. Luego cayó eliminado esta semana en Granada por 2-1.
Solo en Europa, el Valencia ha mostrado otra cara a domicilio al haber ganado al Chelsea y al Ajax y haberse clasificado primero de su grupo en la Liga de Campeones.