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el modelo a estudiar será la concesión

València en Comú se impone y consigue que no se le venda suelo público a Roig para su pabellón

Foto: EVA MÁÑEZ
3/03/2018 - 

VALÈNCIA. De entrada, no. El empresario valenciano Juan Roig deberá cambiar su intención inicial de comprar suelo público para construir el futuro València Arena. El Ayuntamiento no piensa autorizar esa posibilidad y apostará decididamente por convencerle al propietario de Mercadona de las bondades de la concesión municipal.

En el debate interno que se ha producido en el seno del consistorio, al final se ha impuesto la tesis de la portavoz de València En Comú, María Oliver, quien desde el principio dejó claro que no era partidaria de este tipo de propuesta por estimar que lo que hacía era perjudicar al patrimonio de todos los valencianos.

Así, si bien en el Govern de la Nau hay unanimidad en considerar el proyecto de Roig como una iniciativa “ilusionante” a la que se quiere ayudar todo lo posible, desde València En Comú se había advertido por activa y por pasiva que una venta de terreno, como sí quería Compromís, implicaba perder el control sobre el suelo público. Si el día de mañana Juan Roig no estaba para validar el proyecto, ¿quién podría entonces garantizar que se realizaría tal y como se había propuesto? ¿Quién podría certificar que sería siempre un pabellón abierto a la ciudadanía? Demasiadas preguntas sin responder, y más teniendo en cuenta que se halla en un barrio “muy sensible” de la ciudad.

En aras de un funcionamiento más estricto y acorde a las prácticas habituales, desde València en Comú se ha querido hacer ver que, además, una concesión sería siempre mucho más rápida y menos compleja burocráticamente. Con esta fórmula se despejaría el camino para que se cumpla otro de los sueños de Roig, y es que València albergue una final de la Copa del Rey de Baloncesto, en este caso la de 2021.

Foto: KIKE TABERNER

Fuentes municipales confirmaron que el proceso administrativo y legal que implicaría una venta del suelo, que incluirá la desafección de los terrenos, la reubicación de esa dotación en otro espacio, la subasta pública, compensaciones a los propietarios originales de los terrenos que en su día fueron expropiados, etc… se podría extender durante varios años, mientras que la concesión, a 75 años o al tiempo que se estimara justo, se resolvería de manera mucho más eficaz y en menos tiempo.

Todo el mundo quiere el pabellón

En la junta de portavoces, según explicó Oliver a Valencia Plaza, coincidieron en acordar que en las negociaciones se estudie la concesión “porque el proyecto nos parece interesante”. E igualmente recordó que desde ValC descartan la venta porque conlleva “inseguridad jurídica, plazos y valoraciones  impredecibles”. “En principio, si el objetivo es construir un Arena y hacerlo con los menores plazos y el mayor beneficio para la ciudadanía, la fórmula idónea es la concesión, que es la que establece la ley como prioritaria”, apuntó.

Desde el PSPV han respetado la postura de la concejal de València En Comú, si bien fuentes municipales aseguran que en la formación socialista tampoco quieren dar por cerrada la posibilidad de la venta de suelo público. Con todo, comprenden y comparten las reticencias de Oliver, e igualmente advierten que la portavoz de ValC está en lo cierto cuando defiende la concesión como una opción más práctica y ágil.

Por su parte, en Compromís, tanto el alcalde Joan Ribó, partidario de la venta, como su equipo, han cedido y le ofrecerán la concesión a Roig. Ahora se trata de persuadir al empresario valenciano de que la figura jurídica ideal y más práctica es ésta. Algo para lo que el Govern de la Nau deberá desplegar todos sus encantos.

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