Valencia Plaza

BOLLERÍA ARTESANAL

Locos por Sukar y sus croissants demenciales

  • Marga Ferrer

Los croissants rellenos que empezó a vender hace dos años en su pastelería se han convertido en un fenómeno viral que se traduce en colas perennes durante los fines de semana. Centenares de personas de todas las edades guardan su turno frente a la puerta de esta pequeña tienda de la calle de la Paz para hacer acopio del bollo de moda.  

Pero, ¿qué tienen estos croissants para que la gente pierda la chaveta? “En realidad, no he inventado nada -contesta Arturo-, el tema de los croissants rellenos ya estaba en auge en Barcelona y Madrid. Lo único es que después cada pastelero lo lleva a su terreno. Los de Sukar son productos de bollería artesanal que elaboramos con masa fermentada durante 24 horas en una primera etapa, y otras 7 u 8 en la siguiente. Los hacemos con materias primas de mucha calidad, sin nada artificial, ni margarinas ni mejorantes. Y buscando siempre el equilibrio para que no vayan saturados de azúcar”.

Además de estar muy bien horneados -con el exterior ligeramente crujiente y el interior tierno, bien cocido y alveolado-, deben también su éxito a la variedad y a su generoso contenido. Los tienen de tiramisú, de tarta de queso con compota natural de frutos rojos, de praliné de avellana con chocolate negro aunque el más demandado es sin duda el de pistacho (hablamos de una pasta casera que verdaderamente sabe al fruto seco), seguido del croissant torrija, que no está frito (menos mal), sino impregnado de leche con canela y limón. A los forofos les tienen enganchados también con las especialidades del mes; el de octubre está relleno de crema de calabaza asada con canela y limón y bañado con un praliné de pipa de calabaza. Un delirio a tres euros la pieza.

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