VALÈNCIA. La derrota electoral del Botànic en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo dejó un fuerte regusto amargo en el PSPV-PSOE liderado por Ximo Puig. El entonces presidente de la Generalitat subió cuatro escaños, pero se vio rebasado por la ola conservadora que, aprovechándose en la debilidad de Pedro Sánchez, arrasó en buenas parte de las regiones y ciudades.
Puig, tras la derrota, ha asumido de momento un papel activo en la oposición. Muchos esperaban que se marchara incluso de inmediato o que diera un paso a un lado, pero no ha sido así: recogió su acta de diputado e intervino como opositor en la investidura de Carlos Mazón; se ha hecho con el puesto de senador territorial y ha activado el estatuto del expresidente con dos asesores y un conductor para tener una mínima estructura de actividad.