Q'Tomas? abrió sus puertas un no tan lejano dos mil doce (estuve en aquel fiestón con toda la socialité valenciana: mucho bisón y poco cliente). Volví alguna vez, pero ha sido este último mes —dos cenas inolvidables— cuando me he rendido a la evidencia: la taberna está en su mejor momento.

Debe ser culpa del ímpetu y la clarividencia de José Tomás (tomó las riendas del proyecto hace un par de años), y también de que el proyecto gastronómico se ha centrado en lo esencial: producto estratosférico. Pescado fresco de la lonja de Dénia (esa gamba roja...), verduras ecológicas, Wagyu o Black Angus y el festival diario del mercado y la temporada: setas, trufas, guisantes lágrima, angulas o erizo.

Y (casi) tan importante como la cocina: un chaval empecinado en hacer feliz al gastrónomo. Tan fácil. Tan difícil.