VALÈNCIA. Los pactos entre el Partido Popular y el Partido Socialista se ven como una posibilidad impensable, no solo por las ideologías contrarias que representan ambas formaciones, sino por las estrictas directrices que prohíben aliarse con la oposición. Estas normas internas parecen quedar en un segundo plano en Sueca, donde el actual alcalde, Dimas Vázquez (PSPV), logró hacerse con la administración local gracias al apoyo del PP y Ciudadanos, una situación peculiar que casi ocasiona su expulsión.
Hay que remontarse a las últimas elecciones municipales de 2019 para entender el tenso e impredecible panorama político de la capital de la Ribera Baja. Compromís fue la fuerza más votada, llevándose un total de ocho concejales y quedándose así lejos de los 11 que necesitaba para alcanzar la mayoría absoluta.
El PSPV, que había obtenido seis ediles, aprovechó esta situación para hacerse con la administración local, desbancando a la entonces alcaldesa de Sueca y actual consellera de Educación, Raquel Tamarit, al frente del consistorio. Tan solo pudo conseguirlo con los votos a favor del PP (que se había llevado tres regidores) y Cs (dos), un hecho que rápidamente activó la alerta de la dirección provincial del PSPV-PSOE.