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opinión

Vamos a dar paso a la pelota

Porque la mejor liga del mundo no programa un Valencia-Real Madrid en una hora de contrabando. Ojalá demos, de verdad, paso a la pelota. En La Liga y en las oficinas del Valencia. La pelota. La que no se mancha...

22/02/2017 - 

VALENCIA. Vivimos en una semana de fútbol. De fútbol del que pasa en el campo de entrenamiento y en el templo. Con esta extraña sensación de jugar partido domingo y miércoles, las cuestiones que despistan pasan a un mejor segundo plano. Incluso las declaraciones de Salvo, que parece que tienen cariz de declaración desde la Casa Blanca, se han tenido que posponer hasta después del partido intersemanal. Mejor. Ojalá hubiese partido todos los miércoles de aquí hasta junio. Por lo menos así la pelota sería protagonista de verdad.

La pelota. Ese pedazo de piel de vaca inflada de aire que entró dos veces en la portería de Iraizoz y ninguna en la de Alves. Esa que se reconcilió con Zaza, estrenando casillero y emociones. Esa que acaricia Orellana, presentado en sociedad con todas las de la ley, asociando bien, creando esa incertidumbre del jugón, llenando de dudas al rival. Quizá la pata que le faltaba al banco del 1-4-2-3-1 por el que apuesto, y lo haré toda la vida, como forma de vida táctica del Valencia.

Porque sí. Porque el partido tuvo acciones determinantes que podrían haber decantado la balanza hacía el otro lado. Pero siempre no se puede tener la suerte esquiva. Y se están dando los condicionantes para llenar de dudas la temporada siguiente con aquello de las entradas y salidas. Mangala es ya más que un meme de una veloz carrera. Es una solvencia contrastada. Es seguridad. Es tapar el bajón de Garay, que traje a medida le hizo Williams de tacón, y que no se note. ¿El problema? El desagradable asunto de la pasta. Es del City. Y allí sí atan los perros con longanizas. Pero claro. En un club organizado las conversaciones ya se deberían estar dando para, por lo menos, sondear al club poseedor de los derechos una posible negociación ante un supuesto interés para que el francés prolongue su estancia en esta ciudad donde se come bien y hace tan buen tiempo. Que sí. Que estará todo claro y firmado. Pero abrir consultas no es malo. Ni una bajeza, por si va en contra de alguna cultura oriental.

Y con todo esto, con Zaza goleador, con Orellana estilista y Mangala imperial, viene el líder. En una visita atípica. Con una hora extraña, gracias a Tebas, claro. Y con cierta mezcla de temor y euforia contenida. Porque este equipo va camino de ser bipolar. Sí, lleva cuatro de seis puntos y dos partidos seguidos con la portería a cero. Pero aún están recientes los cuatro goles encajados en Mestalla frente al Eibar. Y en esas matemáticas de valencianista sufridor, el aficionado se pregunta como de grande puede ser el boquete si al Madrid le da por vestirse de armeros. Y más a una hora extraña, rara de narices, para un partido de los clásicos. De aquellos que se televisaban en las autonómicas el sábado por la noche. Viviendo remontadas increíbles e inolvidables, desgañitándonos con los goles de Fernando y Roberto. O la declaración de intenciones ante el estreno del Zidane jugador en La Liga, frenado en seco por un trabajo colectivo del equipo de Benitez, con Albelda y Angulo como estandartes de esa victoria.

Esa es la que nos queda. Vivir este partido como una bola extra en la maquina de pinball del Kraken, mientras suena cualquier temazo sacado de la discoteca de Pol. Sin otra intención que divertirse al máximo. De reír lo más posible y pensar, con la boca pequeña, que Voro, con esa sencillez de la que glosaba Manolo Montalt ayer en estas mismas páginas, active el resorte psicológico de los jugadores para hacerles ver que competir y plantar cara al todopoderoso es el primer paso para revertir y disculparse ante la afición, concediendo una pequeña alegría en la casa del pobre. Y también quizá, en este relato ficticio sobre lo que pudiese ocurrir hoy entre las siete menos cuarto y las nueve, tenga repercusión en Singapur aunque sean siete horas de diferencia. Si servidor de mozalbete se quedaba despierto para ver a la Argentina de los melenudos Batistuta, Mancuso, Redondo, Rodríguez y Ruggeri en el 93, entiendo que Lim no se perderá nada del partido más importante de su club. Porque, lamentablemente, ningún otro campeón de Europa va a pisar Mestalla en lo que queda de temporada. Y de él, solo de él, depende cambiar esto. Porque no creo que quiera ser dueño de un club que vaga entre el mar medio bajo de la que dicen, mintiendo, que es la mejor liga del mundo.

Porque la mejor liga del mundo no programa un Valencia-Real Madrid en una hora de contrabando. Ojalá demos, de verdad, paso a la pelota. En La Liga y en las oficinas del Valencia. La pelota. La que no se mancha.

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