Hoy es 13 de octubre
VALÈNCIA. Había en Valencia quien pensaba – entre ellos algunos políticos que se ponen de perfil ante el latrocinio que está haciendo Meriton con el Valencia CF- que la Final de Sevilla podría marcar un cambio de rumbo en el divorcio existente entre una gran parte de la afición valencianista y los dirigentes del Club. Había quien creía que ganar la Copa validaría a Murthy y su ‘Corte de honor’ a pesar de la cantidad de fechorías que vienen perpetrando en nombre de una entidad que jamás estuvo peor dirigida y peor representada. No han entendido nada: la Final de Copa ha sido un paréntesis que, lamentablemente, no ha tenido final feliz pero que, en caso alguno, podría sepultar la triste realidad de un Club al que están llevando camino del abismo. Ganar la Copa hubiera servido para alimentar la felicidad del aficionado que no gana para disgustos – algo que a los actuales dirigentes les importa un bledo- y para recaudar una cantidad de dinero importante por disputar la Europa League pero… no hubiera cambiado la peligrosa deriva que ha tomado el Valencia CF en los últimos años porque, atendiendo a la vertiente económica, ya tuvieron la oportunidad de administrar cantidades mucho mayores que llegaron por disputar la Champions League y cerraron todos los ejercicios con unas pérdidas insostenibles y…, atendiendo a la emocional, la ruptura es irreversible mientras no se produzca un cambio de rumbo radical en la dirigencia y un relevo de las personas que , abierta y deliberadamente, han ofendido de manera reiterada al valencianismo. Sin lugar a dudas, la Final sí ha servido para constatar que, a pesar de la desafección promovida por Meriton, el valencianismo de a pie sigue gozando de buena salud y las heridas padecidas no han alcanzado órganos vitales: el valencianista perdió hace mucho tiempo el control del Club, le han arrebatado en los últimos tiempos la satisfacción de ver a su equipo codearse con los más grandes de Europa, le han hecho callar desde el palco y le han intentado silenciar en las redes sociales – ahora hace un año que fueron capadas por el ‘dictadorzuelo’ que habita el palco- pero… sigue vivito y coleando. Preocupado ante un futuro que sería incierto si se marchasen los ‘visitantes’ mañana mismo pero que es tan cierto como aterrador si no se marchan.
Son muchas las cuestiones que inquietarían profundamente a un mandatario serio que amenazan el futuro inmediato si tuviese que afrontarlas pero, como la seriedad brilla por su ausencia en ‘este’ Valencia, el hecho de que el Instituto Valenciano de Finanzas invalide las garantías presentadas por el Club para la finalización del estadio o… que ese estadio que han presentado se encuentre a años luz del que merecería el valencianismo, que se avecine un panorama harto preocupante –en lo deportivo- por el desfase presupuestario, por la ‘espada de Damocles’ del Fair Play y por la aquilatada incompetencia de Murthy junto a su fiel escudero Miguel Ángel Corona… son cuestiones que , a estos señores, únicamente les invitan a esbozar su, ya característica , sonrisa cínica y a una comilona muuuy bien regada para celebrarlo.
Basta con ojear el infame comunicado del pasado jueves en el que el ‘Club’ manifestaba su “confianza total en la actual estructura deportiva y su Director de Fútbol, Miguel Ángel Corona, para afrontar el mercado de fichajes del próximo verano y seguir consolidando el proyecto actual” para constatar que no hay propósito alguno de enmienda: Que se atrevan, sin pudor alguno, a hablar de ‘seguir consolidando el proyecto actual’ te lleva, irremediablemente, a la carcajada, al llanto o… a las dos cosas. Si no lo tuvieron a la hora de arrebatarle al valencianista de a pie 8000 localidades para la final ¿Cómo lo van a tener para otras cosas?