VALÈNCIA. Miles de sanitarios se juegan la salud y ponen en riesgo sus vidas para tratar de vencer esta pandemia del coronavirus, entre ellos un jugador del Club Voleibol Xàtiva Sergio Calvache Castillo, que juega en la liga de plata española (Superliga 2) y trabaja de Medico Residente Interno en la especialidad de Neumología en el Hospital Dr. Peset Alexandre de Valencia. Antes del parón de las competiciones obligado por el estado de alarma, el CV Xàtiva derrotó al CV Leganés el pasado día 7 de marzo. Después sobrevino la suspensión definitiva de las ligas por parte de la Real Federación Española, pero Sergio Calvache juega también en otra liga más importante en la primera línea frente al coronavirus.
-¿Qué valores le ha transmitido el deporte, cómo han influido en su vida diaria y como profesional de la medicina?
-El hecho de haber practicado diferentes modalidades deportivas, (individuales y colectivas, con contacto o sin contacto), otorgan respeto hacia el contrincante y cooperación con tus compañeros en los entrenamientos y competiciones. Es por ello que la enseñanza de contenidos transversales del deporte, como son la puntualidad, el castigo mediante faltas o tarjetas, la responsabilidad de cuidado de material, hacen del deporte un medio muy importante para la educación de los más jóvenes pero también lo es para los adultos (así se puede extrapolar a la aplicación de actividades regladas en centros penitenciarios donde los licenciados en ciencias de la actividad física tienen una posible salida laboral). En cuanto al campo de la medicina, el respeto jerárquico hacia los médicos más experimentados, y reconocimiento del trabajo en equipo hacia el equipo de enfermería, auxiliares, celadores incluso limpieza porque sin ellos nuestro trabajo no sería posible, es como un equipo deportivo.
-¿Es compatible ser un deportista de elite con la realización de estudios superiores?
-Mi agradecimiento hacia el club de voleibol de Xàtiva que ponen a mi disposición sus medios para continuar con mi “hobbie”, y poder entrenar a pesar de las dificultades que me presentan la dedicación diaria (estudio, guardias, salientes de guardia con cansancio acumulado, viajes incompatibles por horarios…). De no ser por esta colaboración yo no podría continuar compitiendo, y me limitaría a practicar deporte no reglado y sin las facilidades que me aportan de disponer de entrenador, estadístico, instalaciones, arbitrajes y medios…
-Como muchos otros profesionales se encuentra en la zona cero, ¿cómo está gestionando esta situación a nivel personal, y entre el equipo de profesionales?
-Es un tema de organización complicada y del que todos somos responsables, obviamente no está planteado el sistema sanitario como para hacer frente a esta situación y por ello ha precisado elaborar protocolos a los que nos hemos tenido que acostumbrar e ir entrenando progresivamente. En mi hospital en concreto desde el servicio de Neumología se ha creado una unidad especializada en ventilación mecánica no invasiva con íntimo contacto con UCI, gracias al aporte de otros profesionales de medicina interna y medicina de familia, sin olvidar el tremendo esfuerzo de médicos internos residentes. Esta colaboración ha permitido abarcar los ingresos masivos de pacientes con la infección por coronavirus. Por otra parte, desde el servicio de medicina interna, unidad de corta estancia y neumología se ha liderado la gestión de todas las plantas de hospitalización, acogiendo ayuda de todas las especialidades, hasta la disposición de especialistas quirúrgicos que nos ha servido de gran ayuda para poder tomar horas de descanso. Inicialmente hemos vivido emociones intensas y tomado decisiones difíciles, siempre compartiéndolas con el resto del equipo médico. Entre ellas destacaría el informar a los familiares de pacientes que están en sus domicilios incomunicados con el paciente y que ponen su confianza en nosotros. Tenemos que adaptar la información a un lenguaje que se comprenda y no estamos presentes para consolar las lágrimas o las vibraciones de la voz nerviosa y preocupada que transmiten. Para nosotros es una gran preocupación que los familiares no puedan acompañar a los enfermos, en algunos casos, últimas horas de vida.
-Cuéntenos el día a día en el hospital.
-A las 8 horas nos reunimos todas las especialidades y comentamos la situación general del hospital, camas libres en UCI, novedades en el tratamiento, después nos organizamos por equipos médicos en las diferentes plantas y contactamos telefónicamente con los pacientes para evitar al máximo la exposición del personal sanitario. Tras valorar resultados de las pruebas complementarias y visitar a los pacientes se suelen comentar los pacientes más complejos y tomamos las decisiones que consideramos más oportunas, y finalmente informamos a los familiares de la evolución diaria.
-¿Cómo es el importante trabajo que están realizando en el hospital?
-Estamos viviendo una situación sin precedentes, una enfermedad cuya fisiopatología desconocíamos, curso evolutivo, tratamiento, complicaciones, secuelas posteriores…,y carecemos del tiempo que requiere el método científico para elaborar estudios rigurosos que precisan un proceso de elaboración de proyecto, aprobación por comités éticos, desarrollo y análisis. Por tanto la experiencia que vamos adquiriendo es diaria y basada en el empirismo, pero después de conocer mejor la enfermedad y disponer de muchos enfermos con la patología casi nos estamos haciendo expertos. Gracias a la colaboración ciudadana y al conocimiento de la efectividad de nuevos tratamientos, nos estamos anticipando a los acontecimientos graves. Desde nuestro hospital hemos observado que el inicio de tratamiento con corticoides tras la fase replicativa del virus y comienzo de la fase inflamatoria, los pacientes muestran mejoría clínica, radiológica y analíticamente. Además vamos teniendo más experiencia con tratamiento dirigido específicamente.
-¿Cómo cree que puede afectar el estado físico de una persona, joven o mayor, deportista o no frente a este tipo de situaciones?
-El estado funcional de una persona frente a un estrés es fundamental, a mejor estado físico, mejor tolerancia a la enfermedad, menor tasa de complicaciones y mejor recuperación. Algo similar a lo que ocurre con el paciente oncológico por establecer un símil, cuanto mejor estado funcional se tenga al inicio de la enfermedad, va a optar a un tratamiento más agresivo, por ejemplo quirúrgico, tratamiento con químicos y la recuperación posterior será más rápida puesto que la enfermedad siempre supone una pérdida de capacidades. Otro ejemplo es la comparación de una persona joven con una persona anciana, tras un tiempo de convalecencia, una persona joven tendrá perdida de fuerza pero lo va a tolerar mejor porque tendrá mayor reserva muscular que una persona mayor, cuya pérdida de fuerza puede conllevar a un deterioro muscular que difícilmente recuperará.
-¿Cómo puede afectar la calidad de la alimentación, más allá de ser deportista o no?
-Las recomendaciones nutricionales en un paciente hospitalizado las establece un servicio de endocrinología y dietética pero a la población general debería indicar que la obesidad supone un factor de riesgo de mal pronóstico y mayor tasa de complicaciones, además de respiratorias donde la obesidad juega un papel muy importante, pues tener mayor obesidad supone mayor presión a ejercer por los músculos respiratorios para vencer toda la resistencia que ofrece el abdomen, lo que implica mayor gasto energético en una situación en que las demandas de por sí están aumentadas. Las recomendaciones en general son las de mantener una dieta mediterránea, con aporte de micro y macronutrientes según las cantidades recomendadas. Un estado de obesidad o bajo peso, no implican estar bien nutridos.
-¿El haber practicado deporte durante su vida le ha ayudado a tolerar mejor esta situación?
-Es evidente que estamos sufriendo una situación de estrés adicional que puede influir en un peor descanso, rendimiento intelectual y físico. Muchas veces este estrés nos dificulta las relaciones interpersonales. Siempre he defendido que en la competición se sufren situaciones de sufrimiento que ocasionan estrés como por ejemplo la suplencia, la impotencia de sufrir una lesión, perder partidos, discrepancias con el entrenador, realizar un saque en un momento crítico del partido cuando el público está en tu contra…..son situaciones que implican mayor necesidad de concentración y en las que la fisiología exige un estado de alerta con incremento de frecuencia cardíaca… En resumen, estoy en que el haber practicado deporte me ha aportado esa calma que precisas mantener en estos escenarios.
-¿Qué cosas considera que puede aprender la población después de vivir esta situación?
-Como hijo y hermano de docentes creo que se pueden obtener beneficios de esta situación, es bonito ver cómo los padres e hijos están conviviendo en pocos metros cuadrados, con dedicación y educación 100% hacia los hijos, aprendiendo sobre su carácter, preferencias, etc. Por otro lado me gusta ver cómo la naturaleza está respirando por nosotros, imágenes de animales tomando las calles, océanos más limpios….