VALÈNCIA. El Levante ha vuelto al trabajo en la tarde de este miércoles, después del martes libre y con una idea fija en la mente: levantar el rumbo el lunes frente al Celta. Los de Paco López aprietan de cara a un fin de semana largo, sin partido pero con entrenamientos, y con la tensión que genera la necesidad de sumar de tres en este inicio liguero.
Las reuniones en Buñol han estado a la orden del día después de la preocupante derrota en Bilbao y ahora las miras están puestas, tras un martes de reflexión y de refrescar mentes, en cambiar por completo la imagen en un partido que, de nuevo, no será en el Ciutat de València.
El técnico de Silla tiene a Nikola Vukcevic entre algodones. El montenegrino tuvo que perderse el choque de San Mamés por molestias que le apartaron a dos días de viajar y queda por ver si estará apto para jugar en La Cerámica.
Además, antención especial para Rochina. El de Sagunto completó 63 minutos en San Mamés después de más de un mes en el dique seco y las sensaciones individuales, al margen del mal encuentro del equipo, fueron buenas en lo físico.