De teoremas a teorías. Se apunta a que un Zaza llamado a la suplencia es poco aprovechable. Coincido, su elixir se extrae a partir de la continuidad. Pero sigue quedando la duda de cómo hubiera avanzando la temporada del delantero si no se hubiera quebrado su titularidad para buscar una alternativa, Vietto, que ni por asomo igualó el rendimiento...
VALÈNCIA. Zaza es una fuerza populista. El jugador que más camisetas ha vendido. La gente, esa masa indeterminada, quiere llevar a la espalda de sus zamarras el nombre de Zaza. Él comparte la noticia con un corazón mientras a su lado Balotelli sube un stories ironizando sobre la la larga charla que el dueto italiano mantiene a propósito del teorema de Pitágoras.
Teorema. Zaza lidera el afecto del prójimo mestallero sin ser un jugador con un largo recorrido en el club, ni el más goleador, ni el más técnico, ni el más vistoso, ni el más valenciano. Fácil. Es porque, a un momento deportivo dignificado con ráfagas de gol, le suma una apabullante relación de simbiosis con la personalidad de Mestalla.
Populismo, lo llamarán los tiquismiquis. Y acertarán. Simone Zaza es el delantero populista por excelencia. Afortunadamente. Díscolo en la suplencia. Levantisco en la adversidad. Emparentado con el ánimo del público. Pero jamás tibio.
Acostumbrados a un ciclo repleto de futbolistas adormecidos, el carácter conviene… incluso dando cuenta de lo daños colaterales de su exceso. En el buen resultado del Valencia esta temporada hay un ingrediente camuflado que es la voluntad, intentarlo un poco más, luchar balones que parecen renunciables. Y en esas estaba Zaza.
Enfrascado el club en una dualidad extraña -tener que vender a sus refuerzos para reforzarse- no sorprende que Zaza pueda transferirse ante una buena oferta. Ahora, ¿se busca solo gol?, ¿se busca experiencia fría de delanteros más veteranos?, ¿cuánto vale la personalidad expansiva de un delantero y el calor que impregna a compañeros y grada?
Le llaman a Zaza populista y sí lo es. Pero ello supone un valor del que las plantillas también se alimentan.
De teoremas a teorías. Se apunta a que un Zaza llamado a la suplencia es poco aprovechable. Coincido, su elixir se extrae a partir de la continuidad. Pero sigue quedando la duda de cómo hubiera avanzando la temporada del delantero si no se hubiera quebrado su titularidad para buscar una alternativa, Vietto, que ni por asomo igualó el rendimiento.