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Lo que de verdad valió el hat-trick de Villa en San Mamés

La remontada del 'Guaje' para alcanzar a Eto'o en el Pichichi fue memorable... pero terminó perdiendo por un gol sobre la bocina

26/04/2020 - 

VALÈNCIA. Hoy mismo se jugaría un Valencia - Athletic. Es el partido que tocaba en el calendario liguero de esta temporada de no ser por el parón del coronavirus. En ese mismo duelo, aunque en el viejo San Mamés, David Villa marcó su primer hat trick como valencianista hace esta semana catorce años. Casi tres lustros del tercer triplete más rápido de la historia de La Liga.

Del "Quique me aburro" a ostentar la segunda plaza de La Liga a falta de cuatro jornadas para su fin. El de la temporada 05/06 era un Valencia rocoso y ordenado a la par que poco creativo. Pero en su primer año en el banquillo de Mestalla Quique Sánchez Flores se encontró con un puntal en su delantera. Cada domingo, Villa compraba sacos y sacos de papeletas para convertirse en el ariete titular de Luis Aragonés en el Mundial de Alemania. Y terminó consiguiéndolo.

Aquel encuentro ante el Athletic de la jornada 34 fue uno más en los guiones de ese Valencia. Aburrido, sin apenas ocasiones, incluso con sufrimiento excesivo sobre el marco de Cañizares. Y cuando el empate se daba por bueno, llegó el hat trick más famoso de la historia del Valencia. Cuatro minutos y 46 segundos tardó el 'Guaje' en perforar la meta de Lafuente por partida triple -dos segundos más que precisamente Gameiro en el Atlético once años después-. En ese momento, fue el triplete más rápido por detrás del de Bebeto en Riazor en el 95. Villa aprovechó un balón largo a la contra en el minuto 36, una empanada de la defensa vasca dos después y una genialidad de Mista para vaciar San Mamés a cuatro de la conclusión. 

EFE

Pero ¿sirvió de algo aquel mítico triplete o solo queda en la memoria che por lo inusual de la hazaña? El Valencia ya era segundo antes de que rodara la pelota en Bilbao y el empate que deshizo el asturiano no levantaba esa posición a los de Quique. El Madrid -tercero- había ganado, pero, ante un posible empate a 63 puntos, los de Juan Ramón López Caro tenían el golaverage perdido ante el murciélago. Los goles de Villa no solo valieron para seguir distanciando a sus rivales a falta de cuatro fechas, sino también para retrasar una semana más el alirón de un Barça indomable aquel curso. Los de Rijkaard jugaban en Sevilla, pero la tormenta anegó el césped de Pizjuán y los blaugrana tuvieron que esperar para salir campeones. 

El que también tuvo que esperar fue Samuel Eto'o. El verdadero valor del hat trick de David Villa fue meter la tijera en la lucha por el Pichichi con el camerunés. 2006 fue año de Copa África, y el '9' del Barcelona tuvo que perderse tres jornadas -la 20, 21 y 22- por defender la camiseta de su país en primavera. En esas mismas fechas, el Guaje escaló tres tantos hacia el trofeo. 

Sin embargo, Eto'o y su Barça no escamitaron en goles al regreso del camerunés en el Camp Nou. Pronto iba a volver el africano a hacer goles como churros, hasta el punto de que llegó a esa famosa jornada 34 con 24 goles en su haber, cinco más que el Guaje. El aplazamiento del encuentro de Sevilla y el trío de Villa en San Mamés encendieron todas las alarmas del ariete culé. En menos de cinco minutos, veía por la tele cómo el futuro '7' de España le soplaba la nuca en la guerra por el Pichichi. Una guerra que no fue guerra exactamente hasta ese ilustre hat trick de abril de 2006.

Restaban cuatro partidos de Liga en el calendario -cinco entonces para el Barcelona, pendiente del Pizjuán y también de la final de Champions frente al Arsenal-. Villa, con el trofeo Zarra más que amarrado, aprovechó el impulso de San Mamés para perseguir el Pichichi a tumba abierta. En la cuatro jornadas finales marcó tres goles y sumó 25 dianas en su casillero total de aquella campaña. A Eto'o no le había cundido tanto: anotó un gol antes de marcharse a París a buscar la 'orejona', el que le dio el título a su equipo en Balaídos con tres encuentros de holgura. Se perdió incluso el partido pendiente en Nervión y empató a 25 con el asturiano.

Precisamente con motivo de ese partido aplazado y con el título ya ganado, el Barcelona no jugó la última jornada hasta después de la final europea, una semana más tarde que el resto. allí fue donde Eto'o deshizo el empate sobre la bocina. En esa última fecha no solo a Villa se le escapó su trofeo por un solo tanto, también Cañizares terminó perdiendo el Zamora en favor de Pinto -entonces en un Celta recién ascendido que acabó sexto- tras la derrota valencianita en El Sadar, donde Osasuna se clasificó por primera vez para la Liga de Campeones (más tarde caería en la fase previa).

Las últimas tres jornadas ligueras de entonces fueron, en realidad, fatídicas para ese primer Valencia de Quique, tan fiable como soporífero. Logró un punto de los últimos nueve y el Real Madrid le arrebató la plaza de subcampeón por un punto, el mismo que separó a los che de marcharse a jugar la Copa de la UEFA. Entonces sí importaba aquello de ser segundo o tercero, cuando las fases previas de la Champions League se cargaban a más de un serio candidato (de hecho el Valencia tuvo que abonarse a la épica contra el Salzburgo el agosto siguiente). 

Así que el hat trick de Villa, a la postre, terminó sirviendo para poco más que hacer temblar al mejor Eto'o de todos los tiempos. Y la leyenda del 'Guaje' acababa de empezar.


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