ALICANTE. El regreso a la competición cuenta ya con la casi certeza de que habrá partidos más allá del 30 de junio, se abren paso nuevos interrogantes que también guardan relación con el empleo y están íntimamente ligados a esa fecha en la que finalizan no pocos contratos de futbolistas y entrenadores. El Valencia tiene a dos jugadores con contrato hasta el 30 de junio cuyos derechos son de otros clubes: Florenzi y Jaume Costa. Además, el Valencia tiene hasta seis jugadores cedidos que deben regresar a la disciplina el 1 de julio. Por tanto, el club de Mestalla tiene a ocho jugadores afectados por la incertidumbre como ya informó hace unos días Plazadeportiva.com.
El pasado 13 de marzo ya advertía Alicante Plaza de la necesidad de introducir modificaciones en el Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) para el caso de que el curso liguero 2019/20 siguiera más allá del 30 de junio. Por aquellos días, tanto la RFEF como la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y los propios clubes ya abogaban por terminar la temporada, si bien con diferencias que giraban alrededor de cuándo (más allá o no del 30 de junio) y cómo (por medio de 'play-offs' o disputando las jornadas pendientes, tal y como está previsto; una jornada por semana, dos e incluso partidos cada 48 horas; y con público o sin él).
Muchas de esas cuestiones siguen lejos de aclararse (el espectáculo que están ofreciendo la RFEF y la LFP, al que se ha unido la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), es bochornoso) pero, una vez parece claro que el fútbol volverá y habrá Liga en julio (ninguno de los implicados se puede permitir lo contrario, especialmente a nivel económico), la inmensa mayoría de las mismas pivotan sobre cómo articular que lo anterior sea jurídicamente posible.
Los jugadores y los clubes tendrán que acordar prórrogas de los contratos
Días atrás, la FIFA aprobaba una serie de recomendaciones y directrices referidas precisamente a los contratos de los futbolistas, su vigencia, cesiones y traspasos. Aunque algunos han interpretado lo anterior como la solución al problema, la realidad es que estamos ante solo una parte de la misma, que además no pasa de ser meras propuestas pero que, especialmente, quedan a expensas de lo que ocurra en el caso concreto: a la negociación entre las partes, que no son otras que jugadores y clubes.
"Está el plano laboral por una parte y el federativo por otra; todo lo que pueden hacer FIFA y Federaciones se refiere al segundo y por ese lado no creo que vaya a haber mayor problema", apunta a Alicante Plaza la asesora jurídica Irene Aguiar, quien añade: "Han creado un grupo integrado por todos los afectados para buscar soluciones conjuntas que se plasmen en modificaciones del Estatuto y la Transferencia de Jugadores y de los diferentes Reglamentos. Así, previsiblemente, se modificará la finalización de la temporada, ampliándola, y como consecuencia de eso también la ventana de fichajes. Ahora bien, lo que más nos preocupa a todos es el plano laboral, qué pasa con el contrato el próximo 30 de junio: federativamente se puede preveer la ampliación del periodo de la licencia, pero qué pasa con el contrato. No se puede obligar desde la Federación al jugador a que prorrogue el contrato, eso está sujeto al libre acuerdo entre las partes. Se le puede sugerir para salvaguardar la integridad de la competición y teniendo presente que son contratos hechos con ánimo de durar durante toda la temporada aunque digan hasta el 30 de junio, pero la letra es la letra". Así lo remarca esta asesora de clubes y deportistas profesionales para la que ese es el mayor reto al que se enfrentan clubes y jugadores e insiste: "FIFA propone, sugiere, hace una guía... Pero no ordena que se extiendan los contratos porque no puede".
En la misma linea se manifiesta Nacho Martínez-Abarca, también abogado y experto en derecho Deportivo: "Una cosa es que se prorroguen los contratos y otra que la Federación amplíe la vigencia de la licencia y la temporada acabe en julio. Lo primero pertenece a la esfera laboral y lo segundo a la federativa; para que un jugador que acaba contrato en junio pueda jugar en julio se tienen que dar las dos cosas: que su contrato quede ampliado por un acuerdo entre él y el club y que la RFEF, auspiciada por la FIFA, acceda a que la temporada no finalice el 30 de junio y lo haga, por ejemplo, el 31 de julio o el 2 de agosto".
Para Martínez-Abarca, "la AFE también tendrá mucho que decir pero hasta cierto punto", como destaca también su colega Aguiar: "Al margen de un eventual pacto entre la Federación y la AFE, los jugadores individualmente se pueden negar y tienen todo el derecho para ello; el trabajo es libre y voluntario, esto no lo podemos olvidar y puede ser un foco de problemas".
Demandas
No se conoce una fecha ni aproximada, pero que a nadie le quepa la menor duda de que, teniendo presente la evolución de la pandemia de Covid-19 y la consiguiente flexibilización paulatina de las medidas ligadas al estado de alarma (aunque este se prorrogue aún más), la temporada 2019/20 se terminará con el balón rodando sobre el césped, tanto en el fútbol profesional como en el aficionado por múltiples razones, pero especialmente económicas y políticas: es una industria más del país (solo la Primera y Segunda División A representan un 1,37% del producto interior bruto y emplean a más de 185.000 personas).
No obstante, por si todavía hay algún escéptico con lo anterior, Nacho Martínez-Abarca afina aún más y sin necesidad de hacer referencia al roto en los ingresos de los clubes que supondría dar por finalizada la temporada: "Se tiene que terminar sí o sí, porque el lío en el que se mete la LFP y la RFEF sería morrocotudo; les lloverían denuncias desde todos los lados: tú no puedes ascender o descender a nadie sin haber jugado todos los partidos. La única solución es terminar de jugarla; las normas y bases de competición no se pueden modificar a mitad de campeonato".