VALÈNCIA. Formado en las categorías inferiores del modesto Altay Spor Kalübü turco, Cenk Özkacar (Esmirna, 2000) fue captado por el departamento de scouting del Olympique de Lyon en verano de 2020 con apenas 19 años. A pesar de no haberse consolidado ni siquiera en la élite del fútbol otomano, sus prometedores condiciones físicas y técnicas convencieron al club francés para invertir 1,5 millones de euros en un central completamente desconocido para el gran público y al que firmó un contrato por extensión de cinco años.
Su primera temporada en Francia fue difícil: alternó algunas presencias con el filial lionés y entrenamientos y convocatorias con el primer equipo, con el que apenas disputó 10 minutos en Copa de Francia. Por ello, el verano pasado se le buscó una cesión que pudiera asegurarle los minutos que necesitaba para su desarrollo como joven talento.
Su destino iba a estar en una liga que goza de una estrecha relación con la Ligue 1. En Bélgica, concretamente en Lovaina, Özkacar disputó un total de 34 encuentros y encontró la regularidad necesaria para completar una buena temporada con la camiseta del Oud-Heverlee Leuven, que terminó en la undécima posición de una competición en la que volvió a reinar el Brujas.
Su buen hacer en la liga belga ni da pistas ni ofrece ninguna garantía respecto al rendimiento que puede ofrecer en Valencia. Sin embargo, es la única referencia fiable de la que disponemos para analizar el perfil de central que incorpora el club che con la llegada del turco: con un físico muy atlético (1,90 metros de altura y alrededor de los 85 kg de peso), Özkacar es fuerte, va bien al choque y tiene una salida de balón decente, gracias especialmente a un buen desplazamiento en largo que dibuja con su pierna izquierda. Uno de sus puntos fuertes es el juego aéreo, un aspecto en el que impone su tamaño y que le valió para anotar dos tantos la pasada campaña en la Jupiter Pro League. Otro cantar será si el turco es capaz de compensar su inexperiencia y mostrar la consistencia y regularidad que exige una gran liga como la española.
Su trayectoria ascendente en Bélgica la pasada campaña lo convirtió en internacional sub-21 e incluso lo hizo debutar con la absoluta de Turquía hace poco más de dos meses ante Lituania. Sin embargo, el que fuera técnico del Bayer Leverkusen Peter Bosz, que llegó al Olympique en mayo del año pasado, no cuenta con él y nunca le ha brindado la más mínima confianza.
Con todavía 21 años, el central turco llega a Valencia con la etiqueta de incógnita colgada al cuello, pero con la firme intención de demostrar que su buen rendimiento el pasado curso no fue casualidad y está preparado para adaptarse con rapidez a una gran liga y entrar en la rotación del elenco de Gennaro Gattuso.