LUDVALÈNCIA. Da igual que el Albacete fuera uno de los equipos que practicó un fútbol más alegre durante la competición regular o que el Alavés de Luis García fuese un bloque diésel sin grandes individualidades, pero eficaz y fiable. Esto es otra cosa y juegan otras virtudes. Es un todo o nada. Los partidos, a estas alturas y con este nivel de tensión, se deciden en detalles y los detalles los suelen firmar los futbolistas cuya calidad marca diferencias.
Da igual que el otro día en Orriols los manchegos se lanzaran en tromba a por un tanto que les metiera en la eliminatoria porque en un momento clave De Frutos respondió con un eslalon al alcance de muy pocos y Brugué, preciso y certero, mató la esperanza del Albacete. De esto va la cosa. De acciones que cambian un destino, que quedan en la retina, que inclinan la balanza: la vaselina de Reggi en Jerez, la asistencia de Campaña a Bardhi en Girona, el gol de Roger al Vila-real en cuartos, el tanto salvado por Descarga de chilena… En esto no hay equipo mejor que el Llevant en Segunda. Por eso es favorito, de nuevo.
También es necesario un punto de fortuna, siempre, en el fútbol: la que permitió, por ejemplo, que Pubill estuviese justo en el punto donde había que salvar un gol, en dos ocasiones, ante el Albacete en Orriols. Eso frustró al rival, lo convenció de que no era su día, lo hundió.
Y por supuesto marca diferencias el acierto de cara al gol. El fútbol es gol, qué les voy a contar. Y al Llevant le entra todo ahora. Que siga así. Dos partidos más. Luego ya analizaremos en profundidad –más si cabe– por qué un equipo con estos mimbres se está jugando el futuro del club en un playoff que es (casi) una lotería.
La escuadra blaugrana trabaja para que la balanza se incline a su favor en el margen de ese “casi”. Ya lo dijimos una y mil veces: tenemos el mejor equipo del play-off (y de la categoría). Hay que trabajar con una intensidad del 110% para que los que marcan diferencias tengan la oportunidad de hacerlo. No hay otra.
El Alavés tiene rigor táctico y entrega. En este sentido salta al césped con un planteamiento similar al del Llevant: darlo todo para tener la oportunidad de un zarpazo, que suele llegar en balones interiores. Nuestros centrales deberán fajarse como nunca. Parece que Vezo, el mejor zaguero, se encuentra en condiciones óptimas. Es una buena noticia.
No encajar y confiar en nuestros jugones y sus zarpazos. Ese es el plan. Con un 110% de intensidad hay muchas posibilidades de que el plan salga bien. Muchísimas.
••• Luisgar, leyenda granota. Vuelve Luis García Plaza a Orriols, donde dirigió aquella película maravillosa de final feliz titulada “La gesta del segle”, el ascenso más inverosímil de todos, el más inesperado, en el año de nuestro centenario, el que nos aportó una bombona de oxígeno determinante para la salvación del club. Tres años inolvidables para sacarnos del pozo profundo en que caímos en 2008 tras los caules salió por la puerta de atrás. Hubo diferencia de opiniones, pero objetivamente es uno de los mejores entrenadores de la historia del Llevant y una leyenda granota. Para mí, además, un gran tipo. Estos días se le ha acusado de llorón. Lo único que ha hecho ha sido defender lo suyo, como aplaudiríamos que hicieran los nuestros más a menudo, con toda justicia además: no hacía ninguna falta que, llegados a este punto, uno de los finalistas tuviese 24 horas menos que el otro, otra aberración de los gestores de nuestro fútbol; como lo de Blanco, que al final no jugará. Como no puede ser de otra manera deseamos lo mejor a Luis… a partir del domingo 18 de junio.
