bombeja agustinet! / OPINIÓN

Paso de gigante

3/02/2021 - 

VALÈNCIA. Villarreal y Llevant, mal que les pese a sus dirigentes, son dos equipos de pueblo y, sin embargo, son los representantes valencianos en los cuartos de final de la Copa de 2021. Uno de ellos estará en semifinales. Podría ser el Llevant. Els groguets mueven mucho más dinero y han diseñado un equipo para entrar en Champions, pero els granotes tienen a favor el factor campo. Sin público, es cierto, pero factor campo, al fin y al cabo. Y es que el Llevant no conoce la derrota en el nou Orriols. Algún día sucederá, claro, pero desde luego hoy no puede ni debe ser ese día. Los futbolistas levantinistas se sienten cómodos en el reformado Ciutat. Por allí han pasado de visita, en los últimos meses, miles de hinchas entusiasmados con estrenar cuanto antes la acústica de la nueva cubierta, rebotando al cel de València los cánticos de aliento a un club que representa (permítanme la licencia) una forma de entender el fútbol y la vida y que tiene hoy ante sí la posibilidad de dar un paso de gigante en un crecimiento que no ha cesado, con algún escollo (enorme, en realidad), desde 2004. Créanme: victorias como la del Llevant de hoy, si sucede (¡que suceda!) son las que permiten a una entidad dar un salto exponencial, atesorar una energia emotiva y colectiva que es pura gasolina para conquistar el futuro.

Hace ahora 95 años que el Llevant FC, el equipo del Cabanyal y del Grau en aquel momento, debutó en Copa, en les Corts. Corría 1926 y 800 levantinos viajaron en barco hasta Barcelona para acompañar a sus chicos. Hace 86 años que el Llevant accedió a las semifinales de Copa tras eliminar al Valencia en octavos y al Barça en cuartos. Los empates en Barcelona y el Grau y el desempate en Zaragoza desataron la euforia en 1935. Tras el 3-0 una caravana de vehículos con banderas, tracas y música siguió al autocar del equipo hasta Valencia, donde el alcalde recibió a los futbolistas y Juan Puig, el gran capitán, tomó el micrófono en el balcón consistorial para reivindicar la Valencia levantina ante un gentío enfervorizado. Faltaba la llegada triunfal a la Valencia marítima. Una multitud recibió a los héroes de Torrero en el camí del Grau. El levantinismo rugía como nunca, orgulloso, un cuarto de siglo largo después de su fundación.

El Llevant nunca hubiera podido ser campeón de la España Libre, de la Copa del 37, si el FC Barcelona no se hubiese embarcado en una gira por México para recaudar fondos para la República. Las plazas para la ronda semifinal de la Copa venían marcadas por la clasificación en la Liga del Mediterráneo, siguiendo el sistema tradicional empleado desde que se inició la Liga. Y el Llevant había quedado quinto. Nuestro único título estatal, en parte, se lo debemos a esta circunstancia.

De nuevo el Barça estuvo en otro punto de inflexión, también copero, mucho tiempo después. En 2004, semanas antes del ascenso de Xerez, el Llevant recibía a los culés, llenaba Orriols hasta las banderas, les vencía y soñaba con el pase a cuartos, dejando al gigante en la cuneta. El trencilla contribuyó a la remontada culé en la vuelta pero en aquel justo momento en que Rivera envió a las mallas el esférico para subir el 1-0 al marcador, el levantinismo creyó que era posible un nuevo tiempo sin yunque.

El Barça vuelve a estar. Volverá, si el Granada no da la campanada. Podría acompañar en el bombo al Sevilla, al Athletic o al Betis y al Llevant, si es que firma un encuentro mayúsculo y consigue imponerse, por coraje, por sentimiento, por intensidad, a un rival superior sólo sobre el papel. Los de López tienen argumentos futbolísticos para imponerse, tienen dinamita en el once, tienen hambre para refrendar sensaciones con hechos, tienen el factor campo y tienen el apoyo incondicional de los miles de granotes que estos días han teñido de blaugrana los balcones del planeta, de Ohio a París, de Sedaví a Natzaret y que han entendido que hoy es el día para dar un paso de gigante.


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