VALÈNCIA. Transcurridas cuatro jornadas del presente campeonato y en puertas de la visita del Real Madrid la labor de José Bordalás al frente del Valencia CF continúa acaparando elogios.
Que el técnico alicantino ha caído de pie en València es una evidencia tan incontestable como que nadie regala nada en el fútbol y que un comienzo como el actual atiende a muchos conceptos bien trabajados.
El convencimiento de los jugadores en una idea lanzada desde el cuerpo técnico es una base sobre la que Bordalás ha reconstruido este Valencia invicto y y sobre la que ha levantado las esperanzas del aficionado esta campaña.
A la hora de hablar de ideas, no sólo estamos aludiendo a las futbolísticas, el sentimiento de pertenencia al grupo es un valor añadido que fortalece a los equipos. Y en ese sentido el nuevo entrenador del Valencia ha sabido cuáles era las primeras puertas a las que debía de llamar para que, una vez convencidas, tuvieran un efecto arrastre y una ascendencia incontestable sobre el resto de la plantilla: la de los futbolistas con más galones.
En verano surgieron noticias y alguna declaración del propio Wass hablando de sus ganas de poner punto y final a su etapa como valencianista. Incluso se le dieron más días de vacaciones de los inicialmente previstos y hasta hubo una reunión con sus representantes quienes trajeron una oferta del Olympique de Marsella para fichar al futbolista. Todo eso está ya olvidado y tras el cierre del mercado ya nadie duda de la implicación del nórdico. Su partido en Pamplona fue poco vistoso pero enormemente beneficioso para los intereses de su equipo.
"Si no hay Champions, Gonçalo está de sobra en Valencia" fueron las palabras de Rogerio Guedes, el padre del futbolista del Valencia CF. A todo ello hay que sumar que desde el club se venía diciendo durante muchos meses que la clave para que cuadraran las cuentas era la venta del portugués. Al final Guedes tampoco abandonó el club y su participación en las primeras jornadas de liga, no sólo está fuera de toda duda, si no que está siendo absolutamente determinante a la hora de cosechar buenos resultados. Guedes aparece más y en momentos decisivos, aunque quizá no sea tan vistoso como la primera versión que vimos en el arranque de la 2017/18. En cualquier caso, quien sale beneficiado es el equipo.
Con su renovación paralizada por expresa petición del propio jugador, la implicación de José Luís Gayà tampoco ofrece lugar a la duda. Tras prolongar la temporada en la Eurocopa hasta semifinales, llegó en el día señalado para su vuelta al trabajo y desde entonces ha sido uno de los primeros a la hora de tirar del carro. Su decisión de forzar para estar en Pamplona pese a volver antes de tiempo tocado de la última concentración de la selección española, denota su implicación y las ganas de demostrar que el hecho de lucir capitanía no sólo se circunscribe a la situación de portar el brazalete. En el descanso del partido del Sadar volvió a resentirse y ya está de nuevo trabajando a tope para no perderse la importante cita ante el Real Madrid. Su implicación es indiscutible, aunque el tema de su contrato siga en stand by.
Casi sin vacaciones, Carlos Soler se ha convertido en una de las sensaciones del arranque de La Liga. Volver a ver su sonrisa en los post-partidos cuando abandona el vestuario en dirección a casa o al autobús, del equipo es un hecho suficientemente significativo como para saber que el "10" está feliz con las atribuciones que Bordalás le ha confiado. Volvió de los Juegos Olímpicos y se puso de inmediato a las órdenes del entrenador alicantino renunciando a algunos días que otros futbolistas presentes en Tokio sí tuvieron. Pese a volver a comenzar la temporada escorado en una banda, la realidad es que marca, asiste y dinamiza el juego del equipo y su convencimiento en las ideas del entrenador le han llevado -entre otras causas- a alcanzar un nivel que le ha llevado a convertirse en un futbolista importante ya desde su debut para Luís Enrique en la selección española.
No fue la anterior una temporada positiva para Maxi Gómez, quien llegó a superar la barrera de los 1.000 minutos sin ver puerta, tuvo algunos roces con su entrenador, y se pasó toda la segunda vuelta metido en aspavientos cada vez que no le llegaba la pelota. Aún con rumores de estar en la parrilla de salida este verano, ya desde la concentración de Uruguay en la Copa América de selecciones dejó claras sus intenciones de seguir en el equipo valencianista. Para Bordalás es un delantero de referencia con o sin pelota, atacando o defendiendo y el charrúa se ha adaptado perfectamente a esa situación. Además la llegada de Marcos André le ofrece a Bordalás una alternativa en esa posición, lo cual eleva el nivel de competencia en la punta del ataque. En Pamplona ya se estrenó marcando el gol del empate en una acción al más puro estilo del nueve de toda la vida, pero además, pelea cada balón, lo baja, lo protege, lo esconde y lo aguanta hasta que el resto del equipo le acompaña en la jugada de ataque. Y en defensa no es complicado verle defender como un central más para aprovechar su envergadura. Sin implicación ese despliegue sería impensable.
Otro fijo en las quinielas para abandonar el club, es Denis Cheryshev. El ruso perdió su mejor versión después de su primer año (el de su segunda etapa en el club) y desde entonces las lesiones le han impedido rendir a un nivel aceptable. En el comienzo de la pretemporada parecía que su titularidad obedecía a la falta de recursos de Bordalás en esa zona, pero lo bien cierto es que con su trabajo convenció al técnico que le ha dado la titularidad en los cuatro partidos de liga disputados. No sólo eso, si no que fue decisivo con participación en las jugadas que acabaron en penalti ante Getafe, Granada y Alavés. Ante Osasuna sufrió un esguince en los ligamentos de la rodilla, pero hasta ese momento, su solidaridad para el trabajo grupal y varios puntos más de intensidad cuando el equipo no tiene la posesión del esférico, explican el porqué de sus inclusiones en el once inicial.
Viendo la implicación y la adhesión total a los métodos de trabajo y las ideas de Bordalás, por parte de los jugadores con peso específico se puede explicar una parte del buen momento del Valencia CF en el arranque de temporada.
Dentro de estado general de implicación de los pesos pesados de la plantilla, la gran incógnita a día de hoy es la de Jasper Cillessen.
El guardameta holandés viene viviendo un calvario desde que se lesionara en la pretemporada de la temporada anterior en la cual sólo pudo jugar diez partidos. Aún llegó a tiempo para la primera pre lista de la Euro ofrecida por Frank de Boer, pero una vez incluido en ella, dio positivo por COVID y el seleccionador lo dejó sin torneo, siendo un palo difícil de digerir para el guardameta.
El verano comenzaba con el convencimiento de que, si no salía traspasado, sería el titular para Bordalás. De hecho, jugó entero el primer amistodso ante el Villarreal en San Pedro del Pinatar, pero una lesión y la espectacular aparición de Giorgi Mamardashvili, han devuelto al holandés al banquillo.
De momento, la apuesta por el joven guardameta caucásico no desgasta al entrenador alicantino dado que la fría relación que en ocasiones mantiene Cillessen con su entorno no dificulta esta postura. Tras estar Mamardashvili fuera por convocatoria con su selección (Van Gaal le atizó públicamente a Cillessen al poner en duda su estado de forma), algunos vieron el momento idóneo para un cambio de guardameta. El mensaje para el vestuario del peso de la meritocracia en la toma de decisiones del entrenador manteniendo al georgiano es indiscutible. Ahora queda por ver cómo encaja el neerlandés tener que esperar sitio en el banquillo.