La duda de Bordalás: seguir o marcharse al extranjero

VALÈNCIA. José Bordalás guarda varias cartas bajo la manga en la partida que va a jugar con Anil Murthy con la temporada de contrato que le queda como entrenador en juego. 

Según ha podido conocer Plaza Deportiva, el técnico del Valencia ha recibido recientemente el interés de varios clubes de Italia e Inglaterra que quieren contar con él para armar proyecto deportivo. El entorno del entrenador habla de "equipos importantes", aunque defiende que su prioridad es continuar en Mestalla.

La intención de Bordalás es la de seguir en el Valencia porque era el club al que pretendía entrenar y el que colma sus aspiraciones. Para seguir, en todo caso, necesita conocer el proyecto que tiene en mente el club a largo plazo y la confección de la plantilla para la próxima temporada. La preferencia del entrenador de Alicante es el Valencia, pero necesita información de cómo va a moverse la dirección deportiva en el mercado de verano antes de plantearse un cambio de aires, circunstancia que le permite el contrato de dos temporadas que firmó con el Valencia el año pasado a cambio de una cantidad económica inferior al millón de euros.

Bordalás entiende que el club para su supervivencia económica tenga que vender activos y no se opone a ello, pero le preocupa la altura de los refuerzos que traiga la dirección deportiva para sustituir a los jugadores que salgan este verano. 

Al técnico no le gustaría trabajar con una plantilla que tenga como objetivo eludir el descenso simplemente. Necesita un equipo más ambicioso y que la dirección deportiva acceda a cumplir con alguna de sus peticiones en el mercado. El entrenador quiere conocer qué criterios se van a seguir con la salida de jugadores importantes, y si va a tener autonomía para firmar futbolistas del perfil que necesita o si el club va a decidir los refuerzos sin tener en cuenta su opinión como sucedió en invierno.

El fichaje del mediocentro defensivo es una prioridad, y en ese punto no se olvida de Mauro Arambarri, que el pasado fin de semana estuvo en Valencia de vacaciones. Bordalás también está muy pendiente de lo que suceda con las renovaciones de Carlos Soler y José Luis Gayà. Además, según ha podido conocer este periódico, el técnico ha insistido en que Meriton ejecute la opción de compra de Hugo Duro, al que considera una pieza importante si él continúa al frente del banquillo. Singapur todavía no se ha pronunciado al respecto.

Lo mismo sucede con Omar Alderete. El entrenador quiere que el paraguayo siga, aunque el club ya no tiene la obligación de comprarlo después de perder la final de Copa y cerrarse la puerta de Europa para el próximo curso. La opinión del entrenador es que Alderete debe seguir en el equipo y que la dirección deportiva tiene que encontrar fórmulas para que eso suceda.

Reunión en las próximas fechas

Bordalás tiene previsto reunirse con Anil Murthy y el secretario técnico Miguel Ángel Corona en las próximas fechas antes del final de temporada. Esta semana se ha considerado de transición tras la decepción en la final de la Copa del Rey.

El club sigue congelado. Meriton va a diseñar el proyecto deportivo del próximo curso a expensas de las directrices que marque Singapur, que todavía no han llegado. Y el entrenador es pieza importante. Bordalás quiere seguir pero Murthy no está tan convencido tal y como explicó el miércoles este periódico. Meriton duda de Bordalás. ¿Los motivos? El juego y el agrío cara a cara que mantuvieron ambas partes en el mercado de invierno después de pactar meses atrás -cuando concluyó el de verano- una hoja de ruta que, finalmente, no se cumplió y provocó el disgusto del entrenador. La conquista de sólo dos puntos sobre doce posibles en las últimas cuatro jornadas de liga, jugándoselo todo a la conquista de la Copa del Rey, ha endurecido la postura de Singapur respecto al entrenador.

Es posible que a esa reunión Bordalás acuda con unas condiciones para seguir y que Meriton, que recela del entrenador desde hace meses, las tumbe y active el recambio en el banquillo. O que ambas partes lleguen distanciadas y se pacte una salida amistosa sin acudir siquiera a la cláusula penalizadora.