Hoy es 15 de octubre
García Pitarch siempre tendrá la sombra de la duda por la cuestión de la amistad entre Lim y Mendes, y solo se podrá quitar esa sombra cuando se vea el resultado en la confección de la plantilla de la temporada que viene...
VALENCIA. Estamos en esas en las que lo más que nos queda es desear que se muera la cabra del vecino, como en aquel cuento con moraleja. Así de triste ha sido nuestra temporada, por obra y gracia de la inexistente dirección deportiva, subsanada en teoría con la llegada de Suso. García Pitarch siempre tendrá la sombra de la duda por la cuestión de la amistad entre Lim y Mendes, y solo se podrá quitar esa sombra cuando se vea el resultado en la confección de la plantilla de la temporada que viene. Y el primer paso será la contratación del entrenador. Con un club que, en estos últimos tiempos, se ha especializado en fagocitar técnicos con más, menos o ninguna experiencia, sigo pensando que elegir un buen inquilino para el banquillo es la piedra filosofal de la temporada próxima para navegar en ella con la placidez que tanto añoramos. Temporada próxima por hablar del corto plazo, pero un proyecto a medio plazo sería lo aconsejable por aquello de la estabilidad.
Si ustedes son habituales de este rincón, no les descubro nada con las preferencias por Pellegrini. A pesar de la pobre imagen que a veces muestra el City en la Premier y en los grandes partidos, como la ida de las semifinales de Champions de esta semana. Pero parece que el bueno de Manuel no será el que se presente con la camiseta del Valencia, vistas las últimas informaciones vertidas. Y claro, el carrusel de nombres es un no parar. De todas las nacionalidades y colores. Con todos los sistemas y las opciones de plasmar en el campo. A día de hoy, los que vivimos el Valencia desde fuera no sabemos si se busca un entrenador con una idea de fútbol en la que quiere ser protagonista en el campo o, por contra, se busca un gestor de vestuario de perfil guerrero, creciendo desde la fortaleza defensiva, por poner algún ejemplo de propuesta. Bien es cierto que, tirando de hemeroteca, los mejores años de este equipo se han gestado desde la trinchera, desde la garra, la lucha y el compromiso del vestuario. Y en esas cosas esta el quid, saber el dibujo. El *plantejament *que dicen los mayores cuando ven jugar al equipo de mi pueblo.
Lo que resulta bastante extraño es la alineación por parte de las voces de opinión del valencianismo, con unanimidad con respecto a la continuidad de Pako. Durante esta semana, una pasarela de declaraciones de ex jugadores se han dedicado a alabar el trabajo de Ayestarán. No sé si es el vínculo afectivo del que ha compartido trinchera. No sé si ha sido cosa del actual entrenador del Valencia, conocedor del entorno valencianí y sus entresijos. Pero huele a cuerno quemado. A regalar el oído. De hecho, Pako unifica las opiniones de dos polos opuestos, como Cañizares y Palop. Con matices, pero en esencia iguales.
A cuerno quemado, les digo. Porque también les he dicho en anteriores ocasiones que la mejoría es palpable, sí. Pero eso no debe ser una cuestión valorable para ofrecer un proyecto a un entrenador cuya trayectoria no es más que entrenar en México y en Israel. Es decir, si queremos un entrenador con nivel, Pako Ayestarán no es hoy la persona adecuada. Y no hace falta ser director deportivo para adivinar que no es un buen caché. Recuerden ustedes a Mendoza, aquel presidente canoso del Real Madrid, cuando Valdano se postuló para entrenar al equipo. El viejo Mendoza le instó a ganarse las habichuelas fuera y hacer méritos para poder ocupar como toca el banquillo. Y tuvo que quitarle dos ligas para poder ser la persona que hizo volver a ganar una liga a los de Concha Espina.
Y si eso lo hizo un vivales como Mendoza, dudo mucho que un señor más recto y con mayor bagaje empresarial como es Lim. Todo lo demás sería un desengaño más. No traer un entrenador contrastado será una invitación a finalizar la temporada en octubre, o peor aún, a tirarse los trastos a la cabeza unos a otros antes de Navidad.
Y si eso lo hizo un vivales como Mendoza, dudo mucho que no lo haga un señor rector y con mayor bagaje empresarial como es Lim.