VALÈNCIA. El Valencia huele muy mal. Nueva derrota del equipo de Rubén Baraja a manos del Sevilla que le deja a una distancia de cuatro puntos con la permanencia. El cuadro blanquinegro mordió el polvo en Mestalla con dos decisiones arbitrales graves que acotaron considerablemente las opciones de rascar algo contra el Sevilla.
En Mestalla se vivió otra noche de terror. Una jornada frustrante por varios motivos. El Valencia tiene un nivel muy justito que le ha llevado a estar en la antepenúltima posición de la clasificación. Le cuesta un mundo hacer daño a sus rivales y en las áreas es un desastre. Pese a ello, la actuación arbitral volvió a ser clave para privarle de cambiar el marcador. La 'rajada' que protagonizó el portavoz del Valencia CF, Javier Solís, llega tarde después de vivir un nuevo atropello.
Volviendo al partido, la primera parte fue un poco insulsa. Dos equipos más preocupados de esquivar errores que de marcar la diferencia con fútbol. Por ello, las ocasiones brillaron por su ausencia. Tras el descanso, apareció un arbitraje sibilino y con papeletas de 'nevera'. Badé marcó el 0-1 en un córner mal defendido por Ilaix. Eso sí, el VAR y Del Cerro Grande ignoraron una zancadilla previa de Badé sobre Yunus Musah.
Pese al mazazo que supuso el 0-1, el Valencia CF tuvo la oportunidad de meterse en el partido. Pero Del Cerro Grande la eliminó de un 'plumazo'. Penalti claro de Fernando por mano dentro del área que el madrileño no apreció. El VAR le avisó de su error ya que el brazo estaba despegado y cortó el avance de Castillejo. Sin embargo, el colegiado no modificó su decisión y no pitó un penalti clamoroso.
Ese golpe no lo superó el Valencia CF. El Sevilla no tardó en hacer el 0-2 con un gol de Suso y dejó el triunfo finiquitado a falta de un cuarto de hora. Para colmo, Ilaix vio la roja directa por una dura entrada y no estará en Elche. El Valencia se hunde cada semana hacia la Segunda división.