Corona hace memoria, en Pantomima Full

VALÈNCIA. Los dirigentes del Valencia tienen una misión lógica: empinar la reputación de la propiedad. Lo necesita Meriton (sean cuales sean sus intenciones, quedó clara que sus formas públicas socorraban su inversión) y los empleados verticales se han puesto manos a la obra. Layhoon quiere ser fusteriana, Solís es un nuevo javiergómez y Corona quiere ser Braulio. Que salgan a hablar en público de vez en cuando, para dar cuenta del estado de la nación, es sano sobre todo para el entrenador, descargado del peso total del club.

Los problemas llegan, y el castillo de naipes cae, cuando se afronta el diagnóstico desde la cultura de lo fake que viene dominándonos desde hace un puñado de años. Di un leve respingo -debe ser la reacción al sonrojo- al leer que Corona había dicho esto al dar cuenta de su visita a Singapur, tras ser llamado a consultas: “Me sentí genial y esa armonía de la que he hablado existía y con muchas conversaciones futboleras. Lim tiene una memoria futbolera increíble y está muy involucrado". 

A nuestros dirigentes, antes incluso que atinos, habría que pedirles realismo. Y analizar en estos términos el club es regresar a una fantasía nociva para la entidad: el culto cortesano al rey. 

Lim tiene una memoria futbolera increíble, sostiene Corona. Bien, hagamos memoria. Corona, ¿recuerda Lim en qué puesto estaba el Valencia en el ranking de clubes previo a su llegada? El octavo, en el umbral de la 13/14 según la clasificación UEFA. Dada su buena memoria, recordará también el handicap con el que dio paso esta temporada: el Valencia en el puesto 39, por detrás del Braga. 

Corona, ¿hace memoria Lim de cuántas veces en las últimas 25 temporadas el Valencia ha estado fuera de Europa? Sabrá por tanto que que de las seis, cinco han sido con él al frente, convirtiendo en norma algo que nunca lo fue: la costumbre de estar fuera de las competiciones continentales. 

Me da la impresión de que guiados por la relación de mitomanía de Lim con el fútbol (Beckham, los Neville, las estrellas del Milan…), el Valencia es víctima de una gentrificación a su memoria: su exigencia y su pasado han sido reemplazados por recuerdos de souvenir entre quienes lo gobiernan. Tenemos el imán en la nevera con la cara de un montón de microleyendas europeas, mientras vemos Europa desde lejos. Para esto, Corona, mejor el silencio.