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Cuando una opinión cabe en un sobre

17/01/2019 - 

VALÈNCIA. Borges decía que la duda es uno de los nombres de la inteligencia.
Aplicado a la situación de mercado del Valencia CF, no es de extrañar que,
sabiendo las dificultades para poder traer algo que mejore lo que ya se
tiene, se esté preguntando más que negociando. Aún queda mercado por
delante y más allá de las grandes diferencias entre el “casting”
periodístico – unos seis o siete nombres de cromos nuevos y los que quedan
por salir- y el “casting” real del club, la sensación es que quien olvida
la historia, está condenado a repetirla. No es que el VCF busque gol, que
lo busca con desesperación. O que el VCF no sepa que, en cuestión de
delanteros, el gol se paga. Son gajes del oficio
. Lo que realmente sucede
es que el club está escarmentado. Y qué más allá de aplicar la ecuación de
las tres bes, bueno, bonito y barato, cometió dos errores con Gameiro y
Batshuayi, y ahora no quiere equivocarse una tercera vez.
Los hinchas
pueden equivocarse. Los periodistas, también. El club no tiene ese margen.
Y por tanto, el proceso de selección, debe ser cuidadoso, metódico y
selectivo. Requisitos, a saber: que conozca la Liga española, que maneje el
idioma, que tenga una proceso de adaptación instantáneo y que encaje en el
perfil de juego del equipo. Por no hablar del matiz económico, que es el
más importante en toda esta cuestión. Así que mientras el club confía en
que el Monaco ablande al Chelsea para firmar el certificado de defunción
deportivo de Michy Batshuayi, el VCF echa números. A Dios rogando, pero con
Mateu dando.


Así que echando un ojo al “casting” periodístico, que cabe suponer irá
engordando con el paso de los días, las opciones, por ahora, salvo que
aparezca un nuevo candidato, se reducen a dos: Sergio León y Chicharito
Hernández.
El primero ha sido ofrecido por el Betis, busca los minutos que
no está teniendo con Setién y supondría un alivio para la masa salarial
para Serra Ferrer. Si es por estilo de juego y condiciones, no le iría mal
al equipo. Eso sí, Marcelino ha sido claro: es un buen futbolista pero no
le ha llamado. Ni a él, ni a nadie de su entorno
. El segundo nombre no para
de sonar cada cuarto de hora en algún medio de Valencia, está desesperado
por salir de la Premier y gana una auténtica fortuna, porque tiene un
salario de casi siete millones netos al año, así que Chicharito se tendría
que rebajar el sueldo para ser fichable
, sin contar con lo que el West Ham
pudiera pedir por él, si es que le dejan salir, que esa es otra, porque
igual sacan a Arnautovic. Que el mexicano hacía goles es un hecho. Que hace
tiempo que no los hace es otro. Lo último que se sabe de él es que se hizo
viral por el famoso vídeo de las “cosas chingonas” en el Mundial, pero como
los sueños, sueños son, sólo ha anotado cinco goles en los últimos 16
partidos con su equipo. Y en las dos últimas temporadas, ha anotado 12
tantos en 45 partidos. Cifras de Marco Van Basten no son, la verdad.

Sin ánimo de confundir los deseos con la realidad, quien esto escribe desea
que venga quien venga, anote un buen puñado de goles, tenga un gran
rendimiento y su fichaje sea un éxito por parte del club y del entrenador.
Todos seríamos felices y comeríamos perdices. Y que, el que venga, sea muy
ilusionante o nada ilusionante, le aporte algo al equipo. Que sea lo que el
club decida. Y sobre todas las cosas, que sea una decisión de la que estén
plenamente convencidas todas las partes. El resto estaremos para callar y
dar tabaco
. Entre otras cosas, porque quien olvida la historia está
condenado a repetirla: ya aplaudimos antes de tiempo cuando vino Batshuayi
y hemos quedado directamente  desautorizados para decirle a la gente si el
VCF va a fichar bien o mal. Después de “lo” de Michy, abrir la noca para
opinar otra vez sería muy fácil. Así que, con la venia, mi opinión cabe en
un sobre.

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