ALICANTE. Pese a que en el fútbol se aprende a perder mucho antes que a ganar, metabolizar un traspié no es fácil y más cuando conlleva poner fin a una buena racha de resultados.
El Hércules de Rubén Torrecilla se enfrenta esta semana a lo anterior, tras encajar la mañana del domingo en el Narcís Sala de Barcelona la primera derrota del curso, con motivo de la cuarta jornada liguera, dejando con ello en tres el número de victorias cosechadas en un arranque que es ya para los blanquiazules el mejor en cinco años y el segundo en diez.
"Cuando ganas mucho estás más cerca de perder, es algo normal dentro de este deporte", decía el técnico del Hércules tras el duelo ante el Sant Andreu, poniendo el foco en la necesidad de "estar preparados psicológicamente" para ello y predispuestos "a trabajar" en busca de un triunfo en el siguiente partido ya que "esto va de ganar y ganar". No queda otra y es que, pese a los nueve puntos de 12 cosechados, no se ha conseguido nada (tampoco se ha perdido) y hay que mejorar en varios aspectos.
Cuando los resultados impiden ver el bosque
Muchas veces la forma queda en segundo plano cuando se suceden las victorias y cuando se pierde pasa a cobrar inusitada importancia, por momentos incluso por encima del fondo... cuando en la misma durante las victorias se puede encontrar buena parte de la explicación para la derrota que les sigue. El caso del equipo de Torrecilla se puede decir que lo anterior se cumple, al menos en parte.
Este domingo el Hércules volvió a demostrar que es un equipo bastante hecho para las alturas de curso a las que nos encontramos. A excepción del acierto de cara a gol, en el primer tiempo volvió a sacar a relucir buena parte de sus virtudes. De hecho, de no haberse topado con el palo 'Alvarito' en el arranque del encuentro, a buen seguro que el mismo hubiese sido otro y no solo por la evolución del resultado: a diferencia de en partidos anteriores, el Sant Andreu encaró la cita con defensa de cinco hombres y emplazando al Hércules a que fuera quien propusiera con el balón, por lo que imaginemos lo que hubiese supuesto que los blanquiazules se adelantasen en el marcador en el inicio, con la citada acción del joven extremo.
Sin embargo, tras el paso por vestuarios afloraron defectos... que no era la primera vez que aparecían, aunque el resultado los había tapado. Este domingo el césped era artificial como el del Municipal de Sant Francesc Xavier y pese a ese contexto, en el primer acto y por momentos, el Hércules tuvo el choque tan bajo control como en la segunda mitad ante el Formentera, un conjunto que no rehuyó el balón tanto como el Sant Andreu y que conviene no olvidar que en el primer tiempo le empató al minuto de adelantarse en el marcador los banquiazules. Ahora bien, el equipo de Xavi Molist ya le puso en aprietos cuando se puso a correr al espacio antes del descanso, lo que pasa es que las acciones fueron neutralizadas por el trío arbitral. Se trata de algo que ante el Espanyol B y no digamos frente al Torrent, en ambos casos en el estadio Rico Pérez, ya sucedió y que este domingo fue a más en la segunda mitad sin el factor arbitral de por medio: el Hércules no se mostró tan compacto ni mucho menos solidario en tareas defensivas, se partió con suma facilidad y los defensas quedaron en evidencia en no pocos balones a su espalda. Los centrales (Josema especialmente) salieron (para mal) en la foto de los goles y tanto de lo mismo el portero Carlos Abad en uno de ellos. Son errores que se pueden corregir si se trabajan, no como la falta de acierto en el área contraria que, por el momento y pese a la derrota, no es alarmante y es que el Hércules tuvo una buena oportunidad de no irse de vacío de su visita al barrio barcelonés de Sant Andreu de Palomar, no obstante verse dos a cero en el minuto 78, pues Ketu volvió a marcar (igualando a dos tantos en lo alto de la clasificación de realizadores con Marcos Mendes, ausente por lesión este domingo). Sin embargo, se permitió al rival que en la siguiente contra matase un partido que todo apuntaba que se le podía hacer muy largo (incluso cuando aún no se conocía que habría 8 minutos de añadido).
No queda otra que mejorar, pulir esos errores atrás y demostrarlo ante el Andratx el sábado. El Teruel perdió solo dos partidos en todo el curso pasado en un grupo 3 de nivel tan pobre como el actual, del que solo ascendieron los turolenses y del que no fue capaz de pasar ningún equipo de la primera ronda del 'play-off' de ascenso. Tres perdió el Arenteiro, el campeón del grupo 1; dos el Sestao, primero al cierre de la fase regular en el grupo 2; cinco el Antequera, primero tras 34 jornadas en el 4; y cuatro el Melilla, campeón del 5.