VALÈNCIA. Que Meriton se empeñó concienzudamente en comprar todas las papeletas para bajar de categoría, creo que no se le escapa absolutamente a nadie en esta ciudad. Que lleva 4 años vendiendo a los mejores jugadores y sus repuestos no le llegan al nivel de los anteriores, que queman entrenadores a los que luego faltan al respeto, que sólo siguen las directrices de un tipo a 11.000 kilometros que ni entiende, ni siente ni padece, que tiene puesto en la dirección técnica a un sujeto cuya utilidad es la misma que la de un tanga en casa de la sirenita (su criterio fue traer dos años seguidos a Ilaix Moriba y no reforzar al equipo en enero), y que son incapaces de reforzar el trabajo del actual cuerpo técnico, es demasiada carga para entender como casual la situación actual.
Por si todo esto fuera poco, por si no bastara además con nadie al volante, con ninguna figura del club que marque el listón de la exigencia o que suba a Paterna después de otra vergonzosa derrota en Cádiz para apretarles las tuercas a futbolistas y entrenador, encima el grupo sabe que está sólo ante el peligro. Y eso es para la bueno, y para lo malo. En el grupo de los que ni sienten ni padecen, porque nadie va a ir a pedirles explicaciones. Tras papelones como el de Cádiz o el de Almería, la mañana siguiente en Paterna es "un día más en la oficina". Y para los que quieren sacar la situación adelante, porque no hay club para echarles una mano.
El último ejemplo lo tuvimos precisamente en el Cádiz-Valencia. Cuando LaLiga (en teoría la gran aliada del Valencia CF) puso los horarios decidió conceder a los gaditanos 48 horas más de ventaja antes del partido. Colocó su partido de la jornada anterior el martes, y el del Valencia lo envió al jueves. Todo ello contando que domingo hubo encuentro y que miércoles lo volverá a haber.
En esa ventaja, reconocida públicamente por el entrenador cadista Sergio González, comenzó el Cádiz a ganar el partido. El Valencia CF que se mete en todas las guerras para las cuáles lo utiliza Tebas (fundamentalmente contra la RFEF), recibe este pago de LaLiga. Y convendría que no confundiéramos términos en la explicación pertinente. Tebas tiene un control absoluto sobre el Valencia CF (recuerden entre otros detalles a quien le calzan siempre el partido en Nochevieja año tras año) dada su excelente alianza con Peter Lim. Y a Peter Lim se la bufa el Valencia. Manuel Vizcaíno, presidente del Cádiz (y hombre fuerte de Tebas en LaLiga), si tiene el lógico interés por que su equipo permanezca en primera. Nada es casual en LaLiga.
¿Saben ustedes cuántas personas del Valencia CF alzaron la voz para quejarse de un horario manifiestamente perjudicial para el club en un enfrentamiento contra un rival directo contra el que te estás jugando la vida? Exacto, cero unidades de personas (como dicen ahora los jóvenes).
Ante una inacción así, ¿qué puede pensar el vestuario de aquellos que deberían salir a defenderles en los despachos? ¿Quién de este club les puede pedir implicación si los propios sirigentes son los primeros que dimiten de sus obligaciones?
Cuando de se trata de levantar la voz ante LaLiga, el Valencia CF es un gatito que ronronea y acepta cualquier decisión. Sin ir más lejos, la anécdota de la nota de la propuesta de sanción por cánticos el día del Valencia-Sevilla es significativa. En ella se decía textualmente que durante algunos segundos se entonó el cántico: " 'Lay Sin Chan, hija de puta', en referencia a una consejera del equipo local". Los "aliados" del Valencia CF no saben ni como se llama la presidenta del Valencia CF y nada les importó escribir en un comunicado de dominio público el nombre de un personaje de dibujos animados (bastante calentorro, por cierto), como Shin Chan. De hecho ni tan siquiera conocen su cargo y la rebajaron de presidenta a consejera. Si eso es lo que le importas a tus amigos, vaya ojo tienes para elegir tus compañías.
Ante este doble error, ¿quieren saber qué dijo el Valencia CF? ¡Culet, culet!