VALÈNCIA. La incertidumbre que envuelve al valencianismo con respecto a un posible cambio de manos lleva camino de prolongarse en el tiempo: los ‘imputs’ que emanan de las proximidades del mayor accionista afirman que la puerta para la venta está cerrada, hay un Príncipe que le a pedido a papá que le compre un Club de fútbol en Europa pero -hasta el momento- no acaba de encontrar en punto de encuentro con Lim, los grupos empresariales interesados en dar el paso se devanan la sesera tratando de cuadrar unos números que no cuadran ni a martillazos para estar preparados por si un día se abre la puerta, la oposición ‘social’ que se había reunido bajo el paraguas de ‘Torino’ se desangra por la inacción de la romántica plataforma para tranquilidad de Meriton y los asiáticos afincados en Valencia suavizan su relación con algunos medios de comunicación rebajando así los decibelios de la crítica. Pese a que el proceso destructivo de los mandatarios del Club permanezca muy fresco en la memoria de muchos y pese al abandono absoluto por parte de un máximo accionista al que le interesa muy poco lo que le pase al Valencia CF, los diez puntos que separan al equipo de las posiciones de descenso parecen haber calmado los ánimos de quienes, imagino, se conforman con que el Valencia no descienda de categoría. Pese a que la situación ha cambiado bien poco y a que los protagonistas del estropicio siguen ocupando sus cargos y cobrando sus sueldos... viven sus ‘días de vino y rosas’ con absoluta placidez viendo que la cuerda pierde tensión y que les salen gratis todas las barbaridades que han hecho, incluidas -por lo menos de momento- las que tienen que ver con las instituciones valencianas. Tan es así que lo filtran abiertamente a sus medios afines: están tranquilos y ahora, de repente, dicen estar preparados para hacer un buen equipo con el que acometer la temporada 21-22. Sin duda una fantástica noticia si fuese creíble teniendo en cuenta que la maquinita de las filtraciones es la misma que repartía nombres de futbolistas en verano que nunca llegaron y las mismas que, hace un mes aproximadamente, aseguraban que Peter Lim estaba dispuesto a pedir una financiación propia con la que terminar las obras del nuevo estadio.
Ojalá fuese cierto que el Club está preparado para hacer un equipo competitivo pero... ¿qué nos hace pensar que sí lo están ahora, sin haber cambiado del reparto de actores, cuando han demostrado sobradamente la más absoluta inutilidad? ¿Qué nos mueve a creer que ya no hace falta vender futbolistas cuando quien filtra la buena nueva es el mismo que afirmó en la última Junta General de Accionistas que “los dos próximos años habrá venta adicional de jugadores y un coste de plantilla más ajustado a la realidad”?
Más de lo mismo. Se siguen meando en la piscina y riéndose en la cara del valencianismo con absoluta impunidad. Siempre encuentran un socio propiciatorio que les hace de muleta para vadear el río y siguen, de manera imparable, ejecutando el único proyecto que saben desarrollar de forma implacable: Acabar con el Valencia y con su memoria. No aprendemos... En cuanto el equipo encadene tres victorias, quiera Dios que sea pronto, desempolvamos la alfombra roja y llevamos a Anil Murthy en procesión bajo palio.