El animalario ilustrado de Javier Sáez Castán recala en Bartleby

VALÈNCIA. Un koala con cabeza de pulpo o un carpín dorado con cuerpo de elefante que serían la envidia de cualquier cámara de maravillas conviven en armonía con el majestuoso tigre, la incomprendida cucaracha o el polisémico kiwi. Todas las jaurías, las bandadas, los bancos y las píaras alguna vez imaginadas y dibujadas por Javier Sáez Castán se dan cita, por primera vez fuera de la mente de su creador, en la exposición Animalarios. La fauna ilustrada que inaugura el próximo viernes 29 a las 19.00 h en la librería Bartleby de València (C/Cádiz, 50).

El ilustrador, nacido en Huesca en 1964 y afincado en una misteriosa población de la costa valenciana, es una de esas rara avis que goza de una gran acogida tanto por parte de sus colegas de profesión como del público lector —niñas y niños de entre 0 y 99 años— que le han convertido en uno de los más importantes autores de la literatura infantil y juvenil, y de la ilustración gráfica española y latinoamericana. Reconocido con el Premio Nacional de Ilustración en 2016, es autor de más de una veintena de libros, muchos de los cuales van más allá del simple objeto libro para convertirse en artefactos mágicos con los que experimentar, jugar y desafiar a los convencionalismos.

Una obsesión animal

"Animales corrientes —si es que hay algo de corriente en esas fascinantes criaturas— y combinaciones imposibles de cabezas, troncos y extremidades nacidas de la chistera de este prestidigitador de la tinta y de la libre asociación de ideas —con la intervención cómplice de sus lectores-espectadores— exploran hasta los límites su eterna fascinación por los seres de más de dos patas y cubiertos de pelos, plumas y escamas", explica la librería. Una extensa fauna que se ha convertido con los años en la protagonista indiscutible de muchos de sus libros como los célebres Animalario universal del profesor Revillod y Animalario vertical (Ed. Fondo de Cultura Económica), Soñario (Ed. Océano), Extraños (Ed. Sexto Piso) o El armario chino (Ed. Ekaré), entre otros.

El público visitante se encontrará, según palabras de su autor, con “una selección de los miles de dibujos e ilustraciones sobre animales que he hecho hasta la fecha. Es decir, algo así como uno de esos concentrados de carne que sirven para hacer sopa, en versión gráfica”. Una muestra que funciona al mismo tiempo como un breve resumen de la trayectoria bibliográfica de Sáez Castán y que evidencia el alcance de esa fascinación personal como un trasunto de toda la humanidad desde la noche de los tiempos: “en el relato del Génesis se da cuenta de la creación de toda criatura viviente como prólogo de la del género humano. En Altamira asistimos por vez primera al asombro ante la presencia del animal y, de paso, al surgimiento del arte. Y otro tanto me ocurrió, en ínfima escala, cuando comencé a llenar cuadernos con dibujos de animales a la edad de cuatro o cinco años. De ahí al Animalario no hubo más que un pequeño salto”, resume.

Librería, espacio cultural y un poquito de galería

Desde sus inicios en 2013, además de contar con una cuidada selección de narrativa, ensayo y cómic, Bartleby ha apostado por la ilustración gráfica materializada en fanzines, exposiciones y todo tipo de colaboraciones "con el fin de visibilizar el enorme talento y la gran variedad de las artes gráficas valencianas", explica esta. Para sus propietarios, David Brieva y Manu Garrido, gestores culturales y divulgadores del cómic y la ilustración, “más allá del aspecto comercial, una de las funciones de las librerías de barrio es la de generar un espacio de agitación cultural, de reflexión compartida y de descubrimiento”. Un posicionamiento con el que pretenden “completar la oferta cultural de la ciudad muchas veces de difícil acceso, especialmente para aquellas personas que crean desde los márgenes o en situaciones de gran precariedad y escasas oportunidades”. Así, Bartleby pretende servir de altavoz de todo tipo de artistas gráficos y “tomar el pulso de la creación y la experimentación gráfica actual desde aquellas personas de incipiente carrera hasta las más consagradas poniéndoles a todas ellas las mismas facilidades, las mismas energías y el mismo cariño”.

Esas ganas de llegar a diferentes creadoras se extiende también a diferentes tipos de público. “Contar con el trabajo de Sáez Castán ya es un orgullo, pues es un autor al que admiramos y seguimos desde hace mucho, pero al mismo tiempo es una ocasión estupenda para llegar a distintas sensibilidades atendiendo a las posibilidades económicas de cada cual, tratando de favorecer que las personas más jóvenes puedan iniciarse en el coleccionismo ya sea con obras originales ya con serigrafías y otras obras seriadas de menor precio de modo que las barreras económicas se diluyan cada vez más”.

Así, la exposición coincide con la inauguración de una nueva sección de obra gráfica que actuará a partir de ahora “como una pequeña galería de ilustración con autores alucinantes de diferentes generaciones y latitudes como el propio Sáez Castán, Martín López Lam, Bea Lozano, Riki Blanco, Aitana Carrasco, Núria Tamarit, Cachetejack, ESCIF, Nuppita Pittman, Sophia Martineck, Laoliwa, Xulia Vicente, Negroilustre, Elías Taño o Perrucho”, entre otros. De este modo Bartleby da un paso más allá en su empeño por acrecentar su oferta cultural dirigida a distintas edades, gustos y bolsillos, manteniendo intacta su pasión por los libros, los cómics y la ilustración.