VALÈNCIA. 54 puntos tiene el Levante todavía con 39 por disputar, y la Segunda División está hoy tan igualada que la posibilidad de que el ascenso se vaya a los 80 puntos es una posibilidad creciente a medida que el equipo de Javi Calleja y sus rivales directos no pierden un segundo en la carrera por el regreso a la élite. La competencia este curso no es precisamente una excepción en una categoría que suele estrechar las distancias en la parte alta a estas alturas -la diferencia de puntos entre la primera y la segunda plaza, y entre los clubes en playoffs, es actualmente más amplia incluso que otros años-. Y la realidad es que los números de los líderes de hoy son parecidos a las únicas tres campañas en que ha sido necesario superar la barrera de los 80 puntos para consumar el ansiado ascenso desde que el formato de promoción regresó a la división de plata.
Se puede decir que es un caso 'curioso'. Un rara avis, incluso. Solo en 2012 (con ascensos de Deportivo de la Coruña y Celta), 2015 (Betis y Sporting) y 2022 (Almería y Valladolid) los segundos en la clasificación estuvieron obligados a estirar el chicle más allá de esa cifra para tomar la delantera a la primera plaza de acceso a playoffs (Valladolid, Girona y Eibar, respectivamente). No es ni siquiera el 25% del total de las 13 temporadas de la muestra (la promoción se reinstauró en la 10/11). No obstante, esta campaña sí imprime las hechuras de aquellas que se convirtieron en excepción.
A jornada 29, el Dépor sumaba en 2012 63 puntos, por los 56 que hoy ha obtenido Las Palmas. El Celta, el segundo de entonces, tenía 58, cuatro más que el Levante de Calleja. No hay demasiada tierra de por medio, pero menos en los otros dos cursos mencionados. Y es que en 2015 el Betis sumaba 56 y el Sporting 55; mientras que en 2022, la pasada temporada, el Eibar acumulaba 59 y el Almería, 58. Son números similares que allanan el camino para que 2023 emule a su anterior y que contrastan con otros años en los que el ascenso fue más 'barato'. Por ejemplo, en 2020 -temporada en que Huesca y Cádiz campeonaron con 70 y 69 respectivamente-, los dos primeros a estas alturas de torneo contaban con 52 y 51 puntos (Cádiz y Zaragoza). Fue el curso frenado por la pandemia.
Las comparaciones son odiosas si se pone en la balanza el último paso del Levante por la Segunda División. Entonces el cuadro de Orriols sí rayó los 84 puntos, pero al Girona le bastaron 70 para subir como segundo y le hubiera valido incluso con marcar 68. Eso sí, el conjunto de Muñiz sumaba 65 puntos en el liderato, once má que el equipo de Calleja, y el Girona marcaba -el mismo que no pasó la barrera de los 70- tenía en su haber dos puntos más que el actual líder Las Palmas. Sin embargo, el Levante de entonces había perdido un partido más que el actual (4).