VALÈNCIA. La semana que dejamos atrás ha sido ridícula y desafortunada para los 'Yes Men' de Meriton Holdings en Valencia. Los ejecutivos de confianza de Peter Lim en la ciudad, el gobierno de la 'cabotà', abrieron el lunes, a ritmo de batucada, dando oficialidad a las cuentas que se aprobarán en la junta general del 14 de diciembre.
Antes de publicarlas hubo un pase privado, para tratar de adoctrinar a la prensa, durante un desayuno para un grupo de medios de la ciudad, entre los que no estaba, por supuesto, esta casa. Me quedé sin café y sin cruasán, con lo que a mí me gusta la bollería. Qué detalle tan feo.
Meriton sigue jugando a dividir a los periodistas, a cavar trincheras, al "tú sí, este no" para provocar un enfrentamiento entre nosotros y azuzar a la afición, señalando amigos y enemigos, para que cada cuál dispare en redes sociales al objetivo que más le apetezca. No le gusta la prensa crítica ni la contestataria. No caigáis en el engaño. Esperaba más de ti, José Manuel Segarra.
Los números, muy sufridos ellos, han sido manoseados como es costumbre. Reducir deuda a cambio de reducir el club, no tiene ningún mérito, Inma Ibáñez.
El abogado Gaspar Romero, al que recurrimos en 90 Minuts para que nos explique las cifras que ha presentado el club, interpreta que el empequeñecimiento "supone menor capacidad económica para hacer frente a la deuda y para acceder a futuras financiaciones. Aunque disminuyamos en términos absolutos la deuda, si disminuimos la capacidad deportiva, estamos disminuyendo a mayor velocidad la capacidad de ingresos con lo cual, aunque la deuda aunque sea inferior, la capacidad para atender esa deuda es menor". Está claro, ¿verdad?
El club menguante de Meriton y su troupe del Local Management celebran como un éxito propio que el esfuerzo económico de su masa social destaque en la cuentas. La asistencia a Mestalla y las ventas de camisetas maquillan unos números de suspenso. Y ellos, en cambio, hacen la ola.
Cuando Peter Lim ha dejado caer el club y prescinde, por ejemplo, de emplear 10 millones de euros disponibles en el Fair play financiero para reforzar la plantilla, vaya usted a saber porqué, la gente del murciélago sujeta el club como el titán Atlas sujetaba el peso del mundo sobre sus hombros, castigado por Zeus.
Mientras Meriton se dedica a chupar los recursos del club, la afición, con su respuesta en la grada y en las tiendas oficiales, y la plantilla, compitiendo contra la indiferencia de su propietario, sostienen el club y le quitan la mortaja. Los dos pilares de los que presume Meriton, como hitos propios, son los mismos en los que se ha orinado para marcar territorio.
La semana la animó el asunto del estadio porque mientras en el dosier informativo dirigido a los socios el club señalaba que el convenio estaría listo antes de 2023, la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, comentaba en la 8 Mediterráneo que eso es imposible ya que todavía no se han sentado a negociar. Catalá dijo que no sabe cuándo lo harán porque los 'Yes Men' todavía no han contestado a la propuesta que les hizo el 18 de octubre.
Mañana se cumple un mes y no han abierto la boca porque Peter Lim no lo autoriza. En la carta de Layhoon Chan, oculta en la documentación al socio, también se fantasea con el estadio. Más cháchara 'meritoniana' para embaucar al personal.
Mientras llega ese día, si es que llega, la propaganda insiste en que el estadio es el motor económico del cambio, pero las máquinas siguen sin entrar en el recinto de Cortes Valencianas. Esa es la mayor burla. Ese es el duelo.