El encanto de Bryan Gil y la explosión de Hugo Duro

VALÈNCIA. El milagro ya está conseguido y en el Valencia se intuyen algunos cambios interesantes de cara al futuro que por un lado muestran un camino francamente ilusionante y por el otro, por el mucho menos positivo y alegre, deja al descubierto que uno de los grandes pedidos de Bordalás en este mercado invernal no se ha tenido en cuenta. 

Falta un Albelda

Y en este Valencia trabajador y peleón donde la calidad dejó de ser una evidencia por la mala gestión de los hombres de Meriton, nos hemos quedado con uno de los fichajes por los que suspiraba el señor Bordalás, y ese presunto fichaje no es otro que el de incorporar al equipo un antiguo seis que dé consistencia al centro el campo. Por decirlo más claro y que todo el mundo me entienda, a este Valencia le hubiera venido de cine tener un futbolista como lo que David Albelda en sus tiempos en el Valencia, un futbolista que marque un gran trabajo en el centro del campo defensivo y que de alguna forma de cohesión a lo que hacen todos sus compañeros. Pero bueno, el nuevo Albelda no se lo han traído a un Bordalás que lo solicitaba con urgencia y, a partir de ese punto, sí vamos a ver a un Valencia con algunos jugadores nuevos que invitan a vivir con ilusión el futuro inmediato y a pensar en la Copa como un objetivo real y muy cerca de poder conseguirse. 

Y el tal Bryan

Del último partido de Copa ante el Cádiz, un duelo sufrido, emocionante y gratificante para el valencianismo, hubo muchos detalles a tener en cuenta o para analizar. Y de esos detalles me quedo de forma inequívoca con la actuación de ese carrilero por banda zurda que responde al nombre de Bryan Gil y que llenó de entusiasmo y buenas sensaciones los paladares más exquisitos de amantes del buen fútbol en Mestalla. Bryan solo ha jugado un partido, pero ya se ha metido a todo el mundo en el bote. Es un jugador muy joven, con un talento especial y sobre todo con unas ganas de agradar y de disfrutar en el Valencia que ya dejó bien claro en el único partido que ha disputado hasta la fecha. 

Una explosión 

Podemos hablar de todas las nuevas incorporaciones del equipo, pero yo me quedo con una realidad que, partido tras partido, se está ganando el corazón de todos los aficionados valencianistas, a los que les gusta el fútbol y a los que le encanta un fútbol como el que sí practica Hugo Duro y que han encontrado en el jugador procedente del Getafe un espejo en el que mirarse. Y lo importante en este caso es disfrutar de Hugo como se está haciendo, pero teniendo en cuenta que en el futuro ese jugador sí debe ser del Valencia a todos los efectos y no simplemente una especie de préstamo. Que esa no es la forma de caminar del Valencia si es que piensa en tener un futuro estimable y creíble. 

Y el rival 

Ayer se disputaron los otros dos partidos de Copa lo que implica que al Rayo y Valencia se les han unido otros dos equipos para estar presentes en el sorteo de Copa del Rey que tendrá lugar hoy viernes y donde todos los equipos están haciendo sus cálculos para poder llegar a la gran final. Si pudiéramos elegir un rival para este Valencia yo no tendría ninguna duda y elegiría a un Rayo que sí está haciendo las cosas francamente bien esta temporada, pero que a la vez me parece el rival menos fuerte para que el Valencia logre el pase a esa final de Copa, que es un sueño para una afición que está sufriendo un disparate con la propiedad de su equipo. 

Afición soberana

Ya por último me gustaría destacar el precioso ambiente que ofrece la afición del Valencia animando a su equipo. Es una afición repleta de pancartas contra Lim y repleta también de un cariño brutal hacia todos los componentes de su equipo. El miércoles fue una noche preciosa para saber apreciar el mayor éxito del Valencia en estos años. Mestalla vibró a lo bestia, Mestalla aportó todo su cariño a lo bestia y Mestalla fue de nuevo ese campo con un corazón y un alma propia que lo que de verdad quiere es ver a su equipo competir como lo ha hecho siempre y disfrutar con su Valencia como disfrutó el miércoles. Y sí, es una afición mágica.