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opinión

El equipo sostiene al club

1/12/2019 - 

VALÈNCIA. Cuando la directiva falla, surge el equipo. Así ha sido, así es y así será en el Valencia CF. Forma parte de la idiosincracia de este bendito club. En los momentos más convulsos de la sociedad, aparece el compromiso del vestuario para revelarse contra la adversidad y sacar adelante la situación. Cuando pintan bastos a nivel institucional o la hinchada vive momentos de incertidumbre, los jugadores acostumbran a asumir su responsabilidad y se comportan como verdaderos profesionales. Los futbolistas multiplican sus esfuerzos por ese escudo que reluce en su pecho y se suelen vivir momentos que quedan grabados a fuego en el imaginario colectivo. Es justo ahora, en estos tiempos extraños en los que la impericia de Anil Murthy para gestionar el club deja de ser noticia (por lo habitual de la misma), cuando el grupo de Albert Celades ha decidido coger el toro por los cuernos y hacer sentir a la grada orgullosa de su equipo.

El partido de la Liga de Campeones ante el Chelsea sirve como evidente botón de muestra para explicar de lo que hablamos. El Valencia CF ha estado a la altura de la exigencia de la máxima competición continental por equipos. La plantilla ha superado ese todavía injustificable alevoso despido de las personas que conformaron un proyecto ganador, Marcelino y Mateu Alemany, y a base de no escatimar esfuerzos se ha metido en el bolsillo a la afición. La hinchada de Mestalla está con su equipo y no con un propietario al que apenas conoce. Que oculta sus planes de futuro. Lim ni está ni se le espera. Ni tampoco con un presidente circunstancial como Murthy cuya última gran ocurrencia es subirse el sueldo. Esto está mal pagado, ¿verdad Anil?.

Firme como una roca, el Valencia CF estuvo muy cerca el pasado miércoles de certificar su pase a los octavos de final de la Champions. El equipo jugó uno de los mejores partidos que se le recuerdan. Pese a que no se lograra la victoria, ni la clasificación, el encuentro dejó más que satisfecho al respetable. La icónica imagen de un Gayà fundido por el esfuerzo realizado, retirado en camilla del césped de Mestalla, quedará grabada en la memoria de los aficionados. Como una postal. La escena evoca instantáneas del pasado, como aquella fotografía del guardameta Quique Martín sentado en el larguero de Chamartín tras la final ganada al Barcelona en el 54.La estampa de Miguel Ángel Bossio sangrando y con un vendaje compresivo en su cabeza durante un partido en el Camp Nou, o la de un majestuoso Mario Kempes con los brazos en alto en Mestalla, con las torres de edificios al fondo, tras una goleada al Sevilla.

Por este motivo, y pese a la dificultad que supone jugarse un todo o nada europeo ante el ofensivo Ajax en Amsterdam, hay optimismo en el ambiente. La ilusión se ha desbordado. La venta de entradas para ese partido, así como para el derbi contra el Levante UD, se ha disparado. Nadie quiere perderse ninguno de los dos encuentros. La cita ante el Ajax me recuerda a aquellas míticas noches de Champions con Héctor Cúper en el banquillo. Una vez más, y como siempre ha ocurrido, cuando la directiva falla, sostiene el equipo. Y ahora, Murthy no da la talla. Creo que la actual situación es comparable a aquella vivida en el 95, en un partido de Copa del Rey en Albacete con José Manuel Rielo como técnico tras la marcha de Carlos Alberto Parreira. Aquel encuentro permitió alcanzar la final del agua contra el Dépor. Ese año, nada salió bien. Pero el equipo cumplió y ganó en el Carlos Belmonte con goles de Roberto y Penev (1-2). O años después, en las dos Ligas de Rafa Benítez cuando tras la derrota en la final de San Siro contra el Bayern, más de uno pronosticaba el descenso del Valencia CF a Segunda, un fin de ciclo, porque al equipo lo iba a entrenar un torero. E incluso la Copa de 2008, la de Ronald Koeman, con tres de los símbolos del vestuario apartados y un presidente como Juan Soler, rendido, tras enarbolar la bandera blanca. De cara a Amsterdam, tengo fe en este equipo. Hay esperanza. Y mucha ilusión. No sé que pasará en el partido, pero a mi este grupo me tiene ganado.

LAS CONCLUSIONES DEL MARAJÁ.- La conclusión a la que ha llegado el superdiplomático y plenipotenciario Murthy es que las cosas se hacen bien, pero se comunican mal. Por este motivo, ya son tres los súbditos que el marajá Anil tiene a su servicio. Para su uso personal. En lugar de contar con tres técnicos para mejorar el scouting del Valencia CF, y que no se escape ningún futuro talento, Murthy destina ese presupuesto para engordar la nómina de la oficina del presidente. Para aumentar la censura mediática. Para continuar bloqueando cuentas de twitter. Para seguir con la amenaza permanente. ¿Singapur?. No, más bien Corea del Norte. Sí, Murthy, no hay duda de que desde el club se comunica mal. Tienes razón. Pero es porque las cosas las haces mucho peor.

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