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El Levante 2020/21 que imagino

31/03/2020 - 

Me voy a poner en la piel de esa área deportiva “sin jerarquías definidas”, como así la definió Quico Catalán en su puesta largo, para desgranar el Levante 2020/21 que imagino y me gustaría. De mi ‘PC Fútbol’ particular, después de 27 jornadas de idas y venidas y ocho puntos de colchón con la zona del descenso, extraigo una conclusión evidente: el fútbol es una cuestión de áreas y ahí es donde el Levante debe y focalizará sus esfuerzos. Es recurrente, pero es la realidad. Aunque en una visión más panorámica, los planes pasan por tocar todas las líneas. Paralelamente a los puestos prioritarios, ya han aparecido nombres como los de Son y Malsa, con un perfil claro: que son competitivos y de ‘low cost’. Unas pautas necesarias en un momento de máxima incertidumbre deportiva y económica respecto al Fair Play Financiero con el que contarán los equipos para configurar sus plantillas. Al margen de los nombres, con más o menos pedigrí, es necesario conformar un equipo con hambre, voracidad y que entierre definitivamente los mínimos.

El peaje del pasado verano obliga a intentar rebajar el coste de plantilla deportiva en la medida de lo posible ya que se ha disparado. La partida para traspasos o para el pago de fichas importantes será de mayor o menor calado en función de si se produce una gran inyección económica por la venta de activos actuales. Un nombre sobresale por encima del resto, el de José Campaña y su idilio con el Sevilla que va a seguir dando mucho que hablar, aunque no es el único nombre que Monchi maneja para sustituir a un Banega que se marchará con Luis García al Al Shabab. Ni es seguro que el preconvocado por Luis Enrique se vaya ni tampoco que vaya a quedarse. Lo que está claro es que por la cabeza del club, sobre todo por la de Quico, no pasa malvender al andaluz. Junto al ‘Metrónomo’, el temporadón de Aitor Fernández ha multiplicado sus ‘novias’. En la pirámide de cotizados no me olvidaría de Roger Martí, que comparte la condición de máximo goleador nacional con Lucas Pérez (Alavés) y Gerard Moreno (Villarreal), ni del macedonio Bardhi, sin descartar alguna ‘sorpresita’ que varíe los planes como sucedió en enero con Cabaco y cambie el escenario porque el mercado da muchísimas vueltas.

La solvencia defensiva y la eficacia en los metros finales son las dos líneas maestras para alcanzar el éxito. En esa combinación, el Levante ha presentado fugas. Ese desequilibrio ha generado esa montaña rusa de sensaciones. Del frenesí a la contrariedad en un santiamén. Que Aitor haya sido el mejor en estas 27 jornadas tiene luces y también sombras prolongadas que hay que evaporar de cara al próximo curso. Es el portero que más ha parado en esta temporada sin acabar, el que más de las cinco grandes Ligas con sus 126 intervenciones. En noviembre renovó hasta 2023, con una cláusula de rescisión de 30 millones de euros y el foco de otros clubes que han descubierto a un guardameta como la copa de un pino. Los nombres de Athletic, Real Sociedad y Betis ya han aparecido en escena. Las ofertas van a depender de cómo se reponga el mercado de esta pandemia.

La contratación de un central es una de las obsesiones para que Aitor, que ojalá siga defendiendo la portería granota, comparta los titulares. Con Bruno González, que llegó tras el traspaso de Cabaco al Getafe, veremos lo que sucede. Si se reanuda la competición, esta se alargará más allá del 30 de junio, momento en que muchos jugadores finalizan su relación contractual con sus actuales equipos como el propio central de Las Galletas o el delantero Borja Mayoral, que concluye su segunda cesión desde el Real Madrid, además de Iván López. Con la carta libertad, el ahora ‘18’ prefirió no atar su futuro a largo plazo y rechazó una oferta de dos años más fijos que le ofrecía el Levante. Detrás de su decisión se esconde un acuerdo con otro equipo a partir de junio, pero su continuidad no está descartada y es uno de los tantos interrogantes que planean en Orriols. Por un motivo u otro, no veo en ninguno de los cinco que ahora están a ese central top que todo club ansía tener. Postigo es el que más se aproxima a ese retrato robot. Vezo no ha sido el zaguero de jerarquía que deslumbró cuando llegó cedido del vecino. Duarte aún menos y además en la segunda ventana de fichajes fue vinculado con el Valencia, el Deportivo y con el fútbol chino. Cabaco es pasado y es una pena que este confinamiento haya frenado el regreso de Róber Pier, que se lesionó en aquel taquicárdico Girona-Levante que el club nos ha brindado el lujazo de poder revivirlo estos días desde sus redes sociales.

Añadiría otra cuestión sobre la retaguardia. ¿Alguien se acuerda de Eliseo que apareció como remedio de urgencia en el derbi del Ciutat ante el Valencia por la plaga de ausencias en el eje defensivo? Haría una segunda pregunta. ¿Qué va a hacer el Levante con este jugador que cumplió el expediente, ya no se supo más de él salvo en las eliminatorias de Copa de Melilla y Jaén, y que acaba contrato ya que solamente firmó por una temporada?. Sobre el filial, y lo he expuesto más de una vez, lo que más me cabrea es que la apuesta por jugadores con la etiqueta de internacionales en las inferiores de España como Blesa, Cantero y Toni Herrero se ha quedado en palabrería y no en hechos. En tiempos de restricción es una solución. Es cuestión de creer, de dar confianza y no solamente que los chavales sean un parche por las necesidades de cada jornada. Aunque solamente fuera una vez, me encantaría ver a un Levante con once españoles en el campo y entre ellos jugadores criados en la casa o de la ‘terreta’, al estilo de lo que realizó el Villarreal de Javi Calleja en su visita al Wanda Metropolitano del pasado 23 de febrero.

Solamente Pablo Martínez, en dinámica de primer equipo y con minutos en las dos últimas victorias, ambas en el Ciutat, ante Leganés (2-0 y entró en la prolongación)  y Real Madrid (1-0 y suplió al goleador Morales en el 81), tiene motivos para creer en crecer en el primer equipo. Su estreno fue antes, en el 4-0 encajado en Getafe a principios de diciembre, y se convirtió en el tercer debutante de la era Paco López. Atado hasta 2022, el madrileño aterrizó el pasado verano para reforzar al filial granota tras su paso en la 2018/19 en el San Sebastián de los Reyes en Segunda B, cedido por la AD Alcorcón. En su ‘zona de confort’, el Levante tiene superpoblación de efectivos con contrato en vigor para la próxima temporada como Radoja, Vukcevic y Melero, los cedidos Doukouré, Fran Manzanara y Pepelu, y si al final acaba llegando Mickael Malsa, la revelación en LaLiga SmartBank en el Mirandés. Hay un montón de equipos que tienen apuntado en su lista de deseados a este pivote del semifinalista de la Copa del Rey, con la carta de libertad bajo el brazo.

Igual o más necesario es el desembolso en ataque. Una tercera inversión de esa magnitud por Borja Mayoral ya no encaja y más tras comprobar que no es el futbolista que marca diferencias en los metros finales. En 2021 acaba su vinculación con el Real Madrid, que debe venderlo, y en esa puja es prácticamente imposible que el Levante pueda salir victorioso. En Orriols ya han comenzado la búsqueda de un delantero complementario a Roger y Morales, que está virtualmente renovado cuando todo este jaleo acabe, y con proyección para cubrir la marcha del ariete de Parla. El otro delantero en plantilla es Sergio León. Fue uno de los desembolsos más potentes el pasado verano, firmó por tres temporadas y ha sido uno de los futbolistas con menos minutos (15 encuentros, solamente cuatro como titular y un gol al Valladolid en la tercera jornada). En los últimos cuatro partidos ha sido una variante desde el banquillo. Con contrato hasta 2022, el club escucharía ofertas por el delantero cordobés que satisfagan a todas las partes.

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