GRUPO PLAZA

opinión pd / OPINIÓN

El modelo Bordalás

26/05/2021 - 

VALÈNCIA. “Ahora tiene más pelo, gafas modernas y está más en forma pero Pepe, aunque parezca un modelo, sigue siendo el mismo cabrón que hace 15 años”. Esto me decía un futbolista que tuvo a Bordalás hace muchos años y, aunque al principio me dio miedo, luego creo que me motivó lo suficiente como para convencerme de que puede encajar en el Valencia CF.

Los equipos de Bordalás son fiel reflejo de él mismo. Que por mucho que aparenten tener presencia afable fuera del campo, luego en el terreno de juego son peleones, combatientes y guerrilleros del fútbol. Es un técnico que va intentar dotar de una identidad al Valencia CF. Un entrenador bronco y copero que está como loco por firmar su nuevo contrato con el conjunto de Mestalla. Está ilusionado con dirigir al Valencia CF en lo que entiende que es una oportunidad única para su carrera como técnico. Yo también lo creo.

Porque, por mucho que desde Meriton empobrecido deportiva, económica y socialmente al Valencia CF, el conjunto de Mestalla sigue siendo uno de los grandes. Buena prueba de ello es la cantidad de entrenadores que se han ofrecido durante las últimas semanas en busca de trabajo.

Quiero creer que, aunque solo sea en eso, han aprendido la lección –al menos en lo deportivo- y van a hacer un equipo más sólido. La idea que trasladan a los agentes es que van a hacer un grupo más experimentado, con fichajes con un valor de mercado individual no superior a 10 millones de euros –salvo operaciones de ingeniería financiera o trueques- y adecuados al entrenador, para intentar estabilizar al equipo y escalar posiciones con respecto a esta pasada temporada. Eso es lo que explican a representantes que ya se han reunido y tenido contacto con el Valencia CF en las últimas semanas.

Al conjunto de Mestalla siempre le ha funcionado un modelo de equipo defensivo, con solvencia atrás y con posibilidad de contragolpear, contrarrestar o ejecutar las pocas opciones que tuviera el equipo. Con un 4-4-2 muy simple pero directo, Bordalás es amante en muchos momentos de la barraca, el autobús o como queramos llamarlo. Siendo muy intenso atrás, con una presión constante sin dejar espacios y parando una sangría de goles que este año nos ha condenado a esa mala clasificación liguera. Ahora mismo las filigranas, el tiki taka o el jogo bonito no caben en Mestalla. Necesitamos seguridad, efectividad y resultados. Las dos primeras cosas determinarán la tercera.

Por eso, creo que el Valencia CF necesita un perfil Bordalás, para atajar esos problemas defensivos, darle carácter y mala leche al equipo. Este año he echado en falta intensidad y lucha como la que había antaño. Y sé que las plantillas no son comparables -ni lo pretendo-, pero en esos equipos daba igual que fuera un consagrado como Ayala o un canterano de la época como David Navarro, el equipo rascaba de lo lindo, cosa que este año no ha hecho en ninguna de sus formas. Hemos sido muy blandos. Seguramente será un juego más feo de lo que nos gustaría. Probablemente no entendamos muchas cosas de las que haga al inicio, pero Bordalás parece tener ADN bronco y copero al estilo de lo que requiere la fea situación valencianista.

Además, Bordalás de puertas para afuera será quien cargue con la responsabilidad, pero para adentro exigirá apretará y tensará la cuerda. Eso me gusta y me da miedo a la vez. Me apasiona que sea combativo pero me da miedo que no entiendan en el club lo que eso significa y acabe por romperse la cuerda. Sea como fuere ya me advierten desde Alicante, Elche y Getafe que llegará una segunda o tercera temporada -si todo va bien- y será cuando tengamos que acabar con su ciclo de tanto que ha exprimido al club y a los jugadores. Pero es que, a estas alturas, cualquier cosa que tenga algo de lógica me vale.

Evidentemente todos querríamos un cambio más profundo a nivel institucional porque, al igual que se acaban el ciclo de un entrenador o un jugador, también lo hace el de los mandatarios. Pero hasta que eso llegue –y esperemos que sea más pronto que tarde- hay que volver también a los orígenes en lo deportivo. Seguridad defensiva, juego sencillo y efectividad.

Porque aunque cambien sus colores, el pelo, las gafas o estilice su figura el bad boy de Bordalás, sigue siendo el mismo Pepe de siempre. Bronco y marrullero. Intenso y peleón. Ojalá consigamos recuperar deportivamente algo o parte de lo que fuimos.

Todo dependerá de si funciona o no el modelo Bordalás.

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email