VALÈNCIA. Julián Calero está cerca de convertirse en el nuevo entrenador del Levante para las dos próximas temporadas. No está cerrado, pero sí a punto de caramelo. Las próximas semanas serán clave para una negociación que, en ambos lados del apretón de manos, genera positivismo. El madrileño, que acaba contrato con el Cartagena el próximo 30 de junio, es uno de los favoritos de Felipe Miñambres desde que destituyera a Javi Calleja, cogiera al equipo hasta final de curso y, entre tanto, fuera pensando en el perfil del técnico del 'Levante que viene'. Felipe siempre transmitió al exterior que el escogido sería independiente de la categoría en la que militase el club la 24/25. Lo dijo cuando el objetivo de meter cabeza en el 'playoff' de ascenso estaba todavía vivo, y ahora que se ha enrevesado hasta el límite -aunque el fracaso no es todavía matemático- la dirección deportiva ha estrechado el camino.
Calero forma parte de un abanico de técnicos con un perfil común que convence en la planta noble del Ciutat de València. El madrileño es de un perfil de consenso: lejos de firmar a un entrenador con experiencia en Primera División -fue la estrategia para acabar contratando a Javi Calleja, que nunca había dirigido en Segunda, después de destituir a Mehdi Nafti, con un currículum precisamente reducido en la categoría-, el grupo de técnicos que se barajan tienen el denominador común de estar curtidos en batallas y ascensos en la división de plata. Calero, u otros nombres como Luis Carrión o Rubén Albés -figuras que el presidente del club, Pablo Sánchez, confirmó en una entrevista en Onda Cero este martes, no han pisado Primera, pero sí han sacado músculo en Segunda.
De hecho, el primer entrenador que convenció a la dirección deportiva también sigue esa misma línea. Claudio Giráldez era el elegido cuando dirigía con éxito al Celta B y antes de que la entidad celeste cortara la cabeza de Rafa Benítez y aupara al entrenador del filial para concluir la temporada en el primer equipo. En Balaídos pronto le renovaron y, entonces, Giráldez se cayó de la terna de entrenadores a pesar de llegar a un preacuerdo con el Levante. Además, es ese otro de los denominadores comunes: no solo entrenadores experimentados en Segunda y escalones por debajo, sino con fin de contrato y asequibles para una institución que, sin ascenso, tiene que continuar apretándose el cinturón. Giráldez (cuando se le valoró), Calero, Carrión, Albés... todos entrenadores con final de trayecto este próximo junio o, incluso, en el caso de Albés, ya sin equipo.
Al final, Calero es el más cercano a desembarcar en el Ciutat. La experiencia del madrileño llega más allá de Segunda: entre sus 'medallas' hay un ascenso a la categoría de plata con un Burgos que, más tarde, fue auténtica revelación; y también aprendizaje como segundo entrenador de Julen Lopetegui -en Oporto y Selección-, Fernando Hierro -en Oviedo y, también, en la Selección Española de entreguerras que disputó el Mundial de Rusia con entrenador interino-, o de Luis Milla en el Al-Jazira.