VALÈNCIA. El negativismo parece que lo empieza a invadir todo. El valencianismo, que comenzó la Liga con una alegría inmensa al ver como su Valencia se colocaba en puestos Champions tras unos buenos resultados nada más comenzar la Liga, vive en estos momentos en un clima de tristeza y de desilusión al comprobar cómo su equipo solo ha logrado sacar tres puntos de los últimos 21 en juego. Ese dato, estremecedor y real en una temporada que prácticamente acaba de comenzar, deja las ilusiones de los seguidores del cuadro de Mestalla por los suelos y ya hasta su entrenador, Bordalás o Bordaleta como cariñosamente se le está empezando a llamar, está comenzando a ser un técnico querido e intocable para convertirse en blanco perfecto para una afición como la valencianista que asiste triste y alucinada al patético fútbol que su equipo está ofreciendo.
Y el próximo partido es en Mestalla y ese duelo implica la visita del vecino comunitario del Villarreal, un equipo que ha comenzado la Liga con casi la misma escasez de puntos que el Valencia pero que por contra con escasísimos partidos perdidos y jugando, a la vez, los primeros duelos de la Champions. El Villarreal huele a favorito para este duelo y es en este duelo donde ya se pueden a empezar a disparar todas las alarmas de peligro para un Valencia que no da para nada la talla de lo esperado.
Y lo curioso del caso, curioso y ya triste a la vez, es que esta mala imagen que está ofreciendo el Valencia empieza a afectar a un hombre que comenzó la temporada contando con el cariño y la complicidad de su propia afición. Y la realidad es bien dura. El Valencia es un desastr4e partido tras partido, el equipo se deshace con una escasez de juego alarmante y el responsable de eso sí son los jugadores...pero también lo es un entrenador que hiciera lo que hiciera parecía estar tocado por una varita mágica. Bordalás está haciendo cosas rarísimas en todos y cada uno de los partidos y casi todos los jugadores que han llegado al Valencia de su mano están fracasando de forma estrepitosa. Así las cosas, a Bordalás ya se le empiezan a tirar en cara los escasos resultados del Valencia y a eso debemos añadir la pésima imagen que ofrecen en la actualidad muchos jugadores fichados bajo la tutela del técnico alicantino.
Vale, vale, al margen de la realidad propia de ir partido a partido para analizar el fracaso brutal del actual Valencia, es cierto que no podemos olvidar que la mano de Mériton salpica todo cuanto hace el Valencia desde que compraron el club hace ya algunos años. lo de Mériton es de una tristeza impepinable y la solución a su propiedad parece compleja e incluso casi imposible. Ahora bien, esta temporada daba la impresión de que el Valencia se había puesto en manos de Bordalás para acometer los fichajes a bajo precio...pero esos fichajes están resultando muy flojitos para un Valencia que padece con su triste realidad y que ya al margen de sentir la impotencia extrema de ver como Mériton hace y deshace a su antojo, ahora las miradas se están girando hacia un entrenador que en sus inicios en el club contaba con todo el cariño del mundo.
Y ya, por último, en esta escalada de desencanto que se está apoderando del Valencia, nos cabe la tristeza de recordar que el presidente del club de nuestros amores no es otro que un descerebrado señor, un tal Murthy, colocado en su club por Peter Lim, y que no vale en absoluto para el cargo que ocupa ni para representar al Valencia en ningún puesto de los que ocupa. El futuro del Valencia comienza a dar pánico y solo esperamos que Bordalás recupere su inicial buena imagen para dejar de sufrir con este club, con este Valencia, que tristemente no deja de hacernos sufrir año tras año de forma interminable.