El presente y el futuro del Valencia Basket

VALÈNCIA. El equipo femenino del Valencia Basket es dueño del presente, como acredita su título de Liga, pero también contempla el futuro con mucho optimismo. El Mundial sub19 se lo sugiere. España rozó el título, que perdió por dos malas decisiones en el último tramo de la final ante Estados Unidos, y lo hizo con un equipo en el que hubo tres jugadoras del Valencia Basket con un gran protagonismo: Awa Fam, Elena Buenavida y Alicia Flórez. La primera, dos años más joven que la mayoría en este campeonato, volverá a estar en el primer equipo, y las otras dos, junto a Noa Morro, estarán vinculadas a la plantilla de Rubén Burgos.

Vi casi todos los partidos de España en el Mundial sub19 y, la verdad, me gustaron mucho las tres. Casi no había visto a Awa Fam como referente. Conocía a la pívot de Santa Pola que sale del banquillo para darle un respiro a las titulares en el Valencia Basket y que aporta seriedad, defensa y rebote, pero no conocía su personalidad y su visión de juego siendo una de las primeras referencias del equipo. Eché de menos, quizá, algo más de intención para taponar los tiros de las rivales que osan acercarse a su radio de influencia, pero puede que eso lo adquiera con el tiempo, y a cambio, aprecié que sabe leer el baloncesto, mucho más importante.

También había visto que Elena Buenavida era capaz de tener minutos importantes en la élite, como demostró en la final de la Liga, así que me sorprendió menos que fuera una de las líderes de la selección, aunque en el cambio de rol, con más galones, me dio la sensación de que puede gustarle demasiado el protagonismo y que eso le lleva a tener cierta obsesión por anotar. El tiempo dirá.

Y luego está Alicia Flórez. Lo reconozco: no tenía ni idea de quién era. Y me encantó. Me pareció una chica con un descaro, un pundonor y una capacidades que van a hacer de ella una jugadora muy interesante. Si consigue mejorar el tiro, y me dicen que es muy trabajadora, hará carrera, pero, de entrada, creo que es una chica que puede aportar mucho en el día a día, una pieza que enriquecerá los entrenamientos y que algún día le pondrá las pilas a alguna de las veteranas.

A Flórez, que es de León y llegó a València el pasado verano, casi no la conocíamos porque se rompió el menisco en el Mundial 3x3 sub18 y se tiró casi toda la temporada lesionada. No perdió el tiempo. Trabajó muy duro y regresó pletórica, justo a tiempo para jugar y ser protagonista en los play-off de la Liga Femenina Challenge. La próxima temporada puede ser la de su eclosión como alternativa a las fijas del primer equipo, como ya hizo Buenavida la temporada pasada.

Awa Fam figura ya en la agenda de cualquier ojeador de Estados Unidos que se precie. La pívot de Santa Pola es un portento físico, no hay más que verla, pero su gran virtud es que no es egoísta y encima tiene la capacidad de ver a las compañeras cuando la defensa rival, como sucedió en la final, se cierran alrededor suyo. Pienso que mirarse cada día en el espejo de Raquel Carrera, la versátil y talentosa Raquel Carrera, es lo mejor que le puede pasar. En Madrid se ha podido ver que, como la gallega, también tiene muy buenos fundamentos defensivos. Las tres, pienso, tienen gusto por defender y eso, por cómo está concebido el equipo de Rubén Burgos, les hace tener un futuro ilusionaste en València.

No llegó al Mundial Noa Morro, que tenía calidad de sobra para haber sido la pareja interior de Fam, pero se lesionó al principio de la concentración y se tuvo que volver a València. Y luego está Lucía Rivas, una fijación de Manolo Real, el técnico que, en una de las grandes decisiones de Enric Carbonell, se ha convertido este verano en el coordinador de la cantera femenina en L’Alqueria del Basket. Estoy convencido de que este movimiento enriquecerá a la sección. Pues bien, pese a que los entendidos afirman que Rivas es demasiado tosca, Real trabaja obsesivamente con ella para convertirla en un 3 de referencia.

Burgos recupera este año a Claudia Contell y, además, se la lleva al Europeo sub20 de Lituania en el que también estará Elena Buenavida. A Contell le cuesta encajar en las plantillas. Es muy buena, pero tiene un defecto: en su cabeza, la mejor jugada es la que siempre acaba con un tiro suyo. Y eso es un problema, como se lo recordaron la pasada temporada en Jairis algunas primeras espadas.

Pienso que este va a ser un año muy importante para el Valencia Basket en sus dos caras. Es, en teoría, la última temporada antes de abandonar la Fonteta y dar el salto al despampanante Roig Arena, con todo lo que conlleva. El equipo femenino, con Rubén Burgos afianzado, avanza con el presente asegurado y el futuro muy bien perfilado