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bombeja agustinet! / OPINIÓN

El Racing, Preciado, Muñiz y Natfi

9/10/2022 - 

VALÈNCIA. El Llevant tiene el valor de plantilla más alto de Segunda división, con diferencia, según Transfermarkt. Multiplica por cuatro al Racing, el rival de hoy, sin ir más lejos. Sin embargo no lo ha demostrado hasta la fecha, tras toda la pretemporada y ocho partidos de liga. Es cierto que tiene dinamita en ataque y que puede resolver partidos aún sin jugar a nada. Poco bagaje para un equipo que necesita recuperar la élite sin dilación, ya que es insostenible lejos de Primera, como todos en realidad.

El principal responsable de que este equipazo (pese a unos cuantos borrones en la planificación) no sea el gallito que todos esperábamos es Mehdi Natfi, que no debería sentarse hoy ya en el banquillo, tras el esperpento del Principat, pero que lo hará porque su destitución salpica a Miñambres y Catalán, que optaron por esta elección de riesgo. La enorme inversión en plantilla pedía un entrenador con galones. Y puestos a arriesgar lo merecía Alessio, hombre de la casa que demostró que, sin lo de Pereira, podía haber salvado al equipo, pese a un vestuario difícil de domar y lleno de egos desbordados.

Nadie nunca lo hace todo bien. La vida está llena de escollos y errores que, con autocrítica, sirven para mejorar.

En todo caso, el Llevant debe vencer a los cántabros como sea. Representaría un balón de oxígeno para el míster pero también lo necesita el equipo y la afición. El resultado manda, en todo caso, y no el fútbol ni las sensaciones, ya saben. Y el Llevant necesita mucho más que una victoria puntual: para conseguir el ascenso debe mandar en cada partido y en la tabla durante meses; empalmar victorias, generar un sinfín de ocasiones y ser voraz en ataque. Incluso ofrecer algo de fútbol.

Es difícil que Natfi te caiga mal. Un tipo hecho a sí mismo, un luchador. Se le ve honesto, trabajador. Conocemos algo de su historia: cruzó los Pirineos junto a su padre para tener su última oportunidad en el fútbol profesional, en el Sardinero. Se quedó cinco años allí. Y en nuestro fútbol. Hasta la fecha. La semana pasada se reencontró en Andorra con sus padres, que viven en Francia. Rompió a llorar. Por la emoción de verlos y porque las cosas no le están saliendo bien. ¿Cómo no quererle? Ver el fútbol de cerca activa resortes sentimentales y nubla el criterio. Es normal. Tal vez Felipe y Quico no lo han cesado por eso; porque se resisten a pensar que alguien que lo merece no sea capaz de sacar adelante al Llevant. Tal vez. Natfi también repite a menudo que conoce el fútbol y sabe lo que hay. Pues eso: lo que hay, fría y crudamente, es que el Llevant no puede seguir así.

El Llevant ascendió con Manolo Preciado en 2004, con un equipazo capaz de practicar un gran fútbol, en una Segunda mucho más poderosa, un rodillo de calidad y ambición. Jugó en el Racing entre el 78 y el 82. Luego lo entrenó en la campaña 2002-03, justo antes del mítico ascenso granota, pero dimitió cuando Piterman, al llegar, le anunció que bajaría al vestuario. Volvió en 2005-06. Ara hace justo diez años que nos dejó, en el Mareny de Barraquetes.

También Muñiz pasó por los Campos de Sport. Fue para dirigir al Racing en su única experiencia europea, la 2008-09. El ascenso del gijonés no tuvo nada que ver con el de Preciado. Construyó un bloque diésel, con Roger y Jason de estiletes y Campaña firmando su mejor año. Preciado y Muñiz ascendieron con dos estilos en las antípodas, pero todo el mundo sabía a qué jugaban. Sobre todo los futbolistas. ¿A qué juega este Llevant? Insistiemos en la pregunta pero no obtenemos respuestas sobre el césped.

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