El sistema y Soler

VALÈNCIA. Se nos va a atragantar esta post temporada en vida. Tan largo es el verano que ya nos cansa y no lo hemos comenzado. La prueba del algodón para la opinión pública es que estamos hablando de táctica, repito, ¡de táctica!, de sistemas. Ruedas de prensa y entrevistas a Marcelino en las que se acaba charlando sobre adecuaciones de sistema. A este paso terminamos haciéndonos expertitos en periodización táctica.  

Las charlas de Marcelino tienen de bueno que en un día apropiado incluso puedes aprender de fútbol, entender qué hay en la pizarra mental ee un técnico. Abrió estos días el melón de Carlos Soler y su encaje en el sistema del equipo. Dijo García Toral antes de Girona: “Hemos sido partidarios de jugar desde la organización, cuantos menos cambios hagamos todo es menos complicado. Nos movemos muy bien de esta forma, y buscaremos los jugadores con el perfil adecuado para perfeccionar la idea, pero sin cambiar de sistema”. 

Traducido podría venir a indicar que el Soler por banda debe seguir por allí porque es la mejor forma de adecuarlo al grupo. La escandalera puntual sobre si Soler se está desaprovechando en banda (otra mirada: quizá se está formando como un jugador mucho más completo) la desbarató el entrenador con el discurso del bien común.

Hay una derivada peligrosa para el canterano. Reincorporar a Soler al medio centro es ponerlo, de partida, cerca de la suplencia. Si Parejo y Kondogbia son una de las mejores parejas de la Liga en la medular (no pasa nada por decirlo) Soler partiría como el recambio necesario. En banda, por el contrario, ha aprovechado el vacío de un equipo que aunque con aspiraciones verticales solo ha tenido en Guedes una verdadera bala. 

Soler se cambia por el sistema o el sistema se cambia por Soler. Las cualidades del futbolista valenciano, poco dado a la queja y dispuesto a la adaptación, chocan de vez en cuando con la propia visión de futuro: ¿puede estar Soler encasillándose en un rol, la banda, donde no parece que vaya a dar lo mejor que tiene?

“Tengo la sensación de que si cambio al 4-3-3 o 4-2-3-1 aumento las dudas de los jugadores y eso te hace perder la personalidad. Seguiremos confiando en esa idea y buscaremos los perfiles para llevarla a cabo”, dijo Marcelino clausurando un rico debate táctico.

Si Soler sigue en el equipo convendría repensar qué es lo que más le conviene al club para con él. ¿Ser el mediocentro alternativo que falta para luchar posición con Parejo y Kondogbia?, ¿conservarlo como puntal por banda? Como muchas veces la solución pasa por no tomarla. El valor de Soler crecerá por su valía en las dos posiciones. Con una temporada larga a la vista, la necesidad de tener un jugador vertiginoso en cada banda debería permitir que Soler conjugara sus varias versiones sin peligro de acabar confinado en ninguna de ellas.