VALÈNCIA. Con la temporada desastrosa que lleva el Levante, bajar los brazos y tirarlo todo por la borda, ahora que Alessio ha conseguido recuperar la confianza de los jugadores y encadenar tres buenos partidos, no sería justo ni para el entrenador, ni para los jugadores, ni para la afición.
Mientras hay vida hay esperanza, y la vida te la siguen dando los resultados de quienes, como tú, luchan por salvarse. Es cierto que esta semana tenías una buena oportunidad de quedarte a 4 del objetivo, pero no es menos cierto que, en esa hoja de ruta hacia lo imposible, perder en San Mamés es algo que estaba contemplado.
Lo que no pasaba por la hoja de ruta, pero en este caso la de Alessio, era tener que hacerse cargo esta temporada del primer equipo y, sinceramente, después del desastre que armó la dirección deportiva contratando a Javier Pereira para romper por completo lo que había armado Paco López, lo que ha conseguido el italiano tiene un mérito increíble.
Nadie ha regalado nada a “Il Conte” (como le llama el bueno de Mario Lupión), está dónde está por méritos deportivos y porque se confió en él en un momento de extrema dificultad, probablemente el peor escenario para un entrenador novel, al que sin embargo se ha enfrentado con una entereza elogiable.
La llegada de Cáceres le ha dado a la defensa seriedad y además, con Miñambres en la dirección deportiva, los jugadores vuelven a ver que el club ha enderezado el rumbo. Y a todo eso se le suma la confianza que ha dado el entrenador a jugadores como Son, Pepelu, De Frutos, Roger o el propio Morales, junto a Dani Cárdenas (héroe en San Mamés pese a la derrota).
Con todas estas sensaciones encontradas, el termómetro de la permanencia volverá a pasar por el Ciutat, que una vez más estará con su equipo de forma incondicional consciente de que el sábado frente al Espanyol el equipo les necesita. Y necesita ganar.
¿Hay que preparar un escenario en Segunda División? Sí, claro. De hecho, no hacerlo sería irresponsable. ¿Hay que renunciar a salvar la categoría? No, y menos todavía viendo los resultados de quienes, como tú, están con el agua al cuello.