VALÈNCIA. Es normal que mucha gente se suba al tren de Foulquier. De hecho, creo que es el mejor fichaje que ha hecho el Valencia por rendimiento hasta el momento por delante de Alderete, Hugo Duro o un Hélder Costa que cada día me gusta más. Foulquier no hará goles, acciones técnicas o jugadas decisivas, pero sin hacer ruido se está haciendo un hueco como un recambio de garantías. El tipo de jugador que necesita un Valencia asfixiado económicamente, que conozca LaLiga y pueda adaptarse a lo que pide Bordalás con efecto inmediato.
Recuerdo que cuando salió la opción en verano mi impresión fue positiva porque creía que podía ofrecer exactamente lo que está dando: conocimiento del fútbol español, compromiso, fuerza y actitud. Los que seguimos LaLiga hemos visto jugar mucho a Foulquier. Es de esos futbolistas que piensas: no está mal, pero no le veo grandes condiciones para dar ese salto a equipos que luchen por la zona noble de la clasificación. Esta percepción suele ser correcta, pero hay excepciones y Foulquier está demostrando ser una de ellas.
No hay que ser un lince para detectar las limitaciones de Foulquier con el balón. Todos los jugadores las tienen en alguna faceta técnica, mental o táctica. Aún así, considero que aporta muchísimo más de lo que resta. Para empezar, un lateral lo primero que debe saber es defender. Y Foulquier lo hace. Poco a poco nos vamos empapando de vicios del fútbol moderno. Un portero que juega bien con los pies, un central con buena de salida balón, un delantero que juega de espaldas o un centrocampista más bonito que efectivo dejando de lado si desempeña bien su función principal. Foulquier hace lo que tiene que hacer un defensa y si luego ya te da para atacar, pues bienvenido sea.
Además, Foulquier está afrontando el reto más importante de su carrera en el Valencia y siendo un fijo por la lesión de Thierry Correia. Un jugador que venía para ser fondo de armario y que está en la primera línea de fuego jornada tras jornada sin flaquear en el aspecto mental. Y más allá de su nivel defensivo, creo que Foulquier te da más cosas que igual son más importantes que generar peligro con internadas ofensivas. Y me refiero a su carácter cuando hay que jugar lejos de Mestalla. Un equipo necesita de jugadores que no se arruguen a domicilio. Que sean guerreros, valientes al choque y no se escondan ante la presión del público. Un aspecto en el que ayer Foulquier dio una lección desesperando a Januzaj, Barrenetxea, Isak u Oyarzábal pese a los pitos del Reale Arena. Un jugador feo, pero para el rival.