Hoy es 13 de octubre
VALÈNCIA. Ya está, ya ha arrancado la temporada 22-23 de manera oficial. Vuelta a Paterna, pruebas médicas, primeras sesiones, mucho físico y algo de balón para deleite del público. Entre toda esta maraña de obituario futbolístico, solo una cara nueva reconocible para el gran público, la Gennaro Gattuso quien ya se ha puesto manos a la obra. El contexto del fútbol ha cambiado tanto en los últimos años que raro es ver ya en el primer entrenamiento más caras nuevas que las que pueda ofrecer la cantera, el regreso de los cedidos o un nuevo cuerpo técnico. Precisamente ese es el único y gran aliciente de la primera semana valencianista en Paterna: ver a Gattuso manos a la obra.
Porque, tal y como ocurriera el año pasado con Bordalás –donde la única cara nueva fue un Mamardashvili que llegaba para el filial-, el equipo regresa sin rostros que puedan ilusionar a una afición que sigue acompañando incondicionalmente al equipo. Buena prueba de ello son centenares de personas que animaron al equipo en su vuelta al cole.
Y es que, la afición del Valencia CF es tan agradecida que ayer celebró por todo lo alto ver a jugadores de corto como Carlos Soler, que tenía permiso para incorporarse unos días más tarde pero quiso arrancar con el equipo; Guedes, quien se vistió de corto y realizó unos ejercicios de estiramiento tras superar las pruebas médicas; o un Gayà que tiró de galones para charlar con Gattuso en varias partes de la sesión.
Precisamente es a eso a lo que quiere ceñirse la hinchada valencianista, a la de que continúen el mayor número de jugadores importantes posibles. Si bien es cierto que es complicado porque la economía de pérdidas que arrastra el club obliga a vender más que nunca –el año pasado no se vendió a nadie-, la preferencia de la afición es que le armen a Gattuso un equipo lo más competitivo y lógico posible.
Porque las renovaciones de Gayà, Carlos Soler o Guillamón son fundamentales para tener un “Cor de VCF” que pueda conectar con un Mestalla que necesita realidades para continuar sumando su granito de arena como ha hecho hasta la fecha.
De esta manera Gattuso estuvo muy participativo, involucrado y dialogante con la plantilla en las primeras sesiones de entrenamiento. Lo vimos concentrado y con ganas de que el equipo cambie a un estilo más asociativo y vistoso. Analizando conceptos tácticos en cada descanso con sus ayudantes, y explicando con detalle cada vez que no le gustaba algo. No será una tarea fácil y, para ello, el equipo necesita algunas piezas que hasta la fecha ha tenido que suplir con voluntariosos chavales del filial.
Y es precisamente por ahí, por los pocos movimientos y la necesidad de cambiar de estilo y remodelar la plantilla con extrema rapidez, lo que hace que este equipo tenga que moverse más veloz que nunca. Gattuso no se anda con tonterías y quiere dar pasos firmes con el objetivo de conformar una plantilla lo más adaptada a su estilo posible y con nombres que de verdad puedan dar un plus a un equipo falto de experiencia.
Pero es una tarea ardua y complicada, pues el club todavía no ha conseguido encontrar a su Director General –y parece que va a tardar más de lo previsto- y tampoco hay a corto plazo previsión de incorporaciones. Todo está supeditado a las ventas y el club quiere estirar el chicle tanto como la necesidad de otros equipos lo permita. Pero viendo a Gattuso y las pocas novedades en la vuelta al trabajo, hay que aferrarse más que nunca al dicho italiano de “Piano, piano si arriva lontano”.
Así que, viendo la lentitud en salidas y entradas, de momento este Valencia CF más que caminar, empieza a gatear.