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El vestuario del Levante cierra filas ante el mal momento

4/04/2021 - 

VALÈNCIA. El Levante vuelve a un bache. Ahora, cuando el equipo se ha incrustado en la zona mediana de la clasificación, cuando el precipicio sobre el que colgaba hace unos meses ya está lejos y el objetivo de la permanencia parece a tiro de piedra, la plantilla se niega a caer en la autocomplacencia tan criticada de puertas hacia fuera. La filosofía de 'los pies en el suelo' manoseda por Paco López y cualquier voz que sale de Orriols al exterior ha tomado más sentido que nunca en un curso que ha tenido caras tan diferentes del cuadro granota. 

El propio técnico de Silla marcó las líneas divisorias entre lo vivido antes del parón en el Benito Villamarín y lo que mostró el equipo ante el Huesca en el Ciutat. "Una cosa es lo del Betis, donde pierdes porque ellos tienen jugadores diferenciales, y otra cosa es el partido de hoy, donde hay igualdad y tú estás peor en acierto que el rival", aseguró el entrenador. No quiso hablar de falta de intensidad, ni mucho menos de la relajación que puede otorgar al Levante su posición en el campeonato, pero sí trazó una raya entre ambas imágenes. 

Si en Sevilla el equipo compitió durante 70 minutos y terminó sucumbiendo en los últimos 20, frente al colista no se encontró en ningún momento de los 90. Tuvo la pelota, incluso el dominio a tramos, pero nunca dejó de estar monitorizado por el rival. Apático por instantes, más errático de lo natural, y poco fluído de sesera. El Levante no dio la talla y dio la sensación de que, si no se acerca a su 100%, cualquiera puede hacer agujeros en Orriols.

Esa es una realidad que no se le escapa a la propia plantilla. Los pesos pesados saben que el objetivo -el real, el de la permanencia- no está cerrado aunque parezca entornarse. Pero lo que también tienen claro es que la imagen dada el viernes no puede repetirse aunque esa meta estuviese amarrada y por mucho que Europa se antoje como un imposible. Paco López también fue, además, muy claro con lo que trata de transmitir a sus pupilos y, sin hincar el cuchillo, instó a no relajarse tras los visto en el regreso liguero: "No tenemos urgencias como el Huesca, pero nos jugamos muchísimo", espetó un técnico visiblemente enfadado, incluso decepcionado, en la rueda de prensa posterior al choque. 

Y eso ha llegado al propio vestuario. Tanto es así que fue casi instantáneo el aluvión de mensajes en redes sociales por parte de los propios jugadores. La misma imagen, diferentes palabras y una idea idéntica: el equipo está unido para volver a levantar una situación preocupante. Esta vez no por la cercanía del pozo, sino precisamente por lo que supone su lejanía: luchar contra la autocomplacencia, cerrar definitivamente la permanencia y superar al 'yo' del curso pasado.

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