CASTELLÓ. El Castellón cierra una temporada de sinsabores con la visita a Castalia del Cornellà, en un partido en el que su principal meta es demostrar que aún sabe jugar al fútbol después del ridículo que hizo el pasado fin de semana ante el Barcelona B.
El equipo albinegro llega a este choque en situación de descomposición tras ganar un solo partido de los diez últimos que ha disputado, lo que le ha dejado sin objetivos clasificatorios. Su rival de este sábado se juega muchas más cosas, pues necesita los tres puntos y esperar un pinchazo del Sevilla Atlético para salvar la categoría.
El encuentro de este sábado será el último para muchos de los integrantes de la plantilla albinegra, ya que diez de sus jugadores acaban contrato el 30 de junio próximo. Además, tampoco es segura la continuidad de Sergi Escobar, pese a haber renovado recientemente.
También podría ser el encuentro de despedida para el actual presidente, Vicente Montesinos, y para su equipo de gobierno, si finalmente se produce la venta de la propiedad al término del curso.
Así pues, los orelluts afrontan esta jornada con unos interrogantes institucionales y de personal que contrastan con las certezas deportivas que les confirman como equipo de Primera RFEF para la próxima campaña.
Esa realidad hace que el choque de esta jornada sea una oportunidad para sentar ciertas bases de cara al futuro. Así, Sergi Escobar podría contar con jugadores poco habituales en sus esquemas en el once de este sábado, lo que incluiría a futbolistas de categorías inferiores que vienen trabajando con el primer equipo.
Quien no estará con total seguridad es Álex Blesa, que ha dicho adiós de forma anticipada después de incorporarse a los entrenamientos del Levante. El centrocampista ha regresado al club que lo cedió al Castellón en enero después de tener escaso protagonismo en las alineaciones del técnico.