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VALÈNCIA. No son precisamente dos de los técnicos más simpáticos del fútbol español, y así se pone de manifiesto cada vez que se tienen que ver las caras Pepe Bordalás y Marcelino García Toral. Sus últimos enfrentamientos se han visto rodeados de mucha tensión en el cruce de declaraciones hasta el punto de ver el martes en el Coliseum claros gestos de un integrante del banquillo de Bordalás (su segundo, Juan Ignacio Fernández) llevándose los puños a los ojos en clara intención de burla cuando marcaban los azulones haciendo ver que las palabras de Marcelino eran desmesuradas y sumándose así a los gritos de "Marcelino llorón" del campo getafense.
Todo esto comenzó la temporada pasada cuando el Valencia CF perdió la imbatibilidad en campo del Getafe. El Valencia acabó el partido con un lesionado de larga duración, Carlos Soler y con una queja del técnico valencianista sobre la altura y el estado de la hierba del coliseum madrileño que no sentó nada bien en el entorno del club azulón
Dicha situación tuvo un nuevo episodio en la victoria liguera esta temporada del Valencia en cancha madrileña cuando Bordalás dejó caer que: "El Valencia se limitaba a buscar contras cuando tiene jugadores de un nivel altísimo como Rodrigo o Guedes". Todo ello completado con un incidente post partido entre Damián Suárez y Rubén Uría (segundo entrenador de Marcelino).
El último episodio lo tuvimos antes del partido de ida cuando Marcelino, además de ponderar la buena temporada de su oponente, añadió que: "Es un equipo que juega al límite del reglamento", situación que sentó a cuerno quemado a Bordalás. Más allá de la antideportiva reacción de algún miembro de su banquillo en el gol que les dio la victoria, Bordalás no dudó en cargar contra Marcelino: "Sí que he visto que él (Marcelino) ha tenido problemas con muchos entrenadores. Klopp ya sabéis lo que dijo, no tengo más que decir".
Es evidente que Marcelino ha tenido más de un incidente verbal en sala de prensa. Cuando era entrenador del Villarreal se quejó en el 2015 de que el césped de Mestalla no fuera regado en un derbi -Nuno dio la orden desde el banquillo valencianista-. Tampoco salió muy bien parado de la entidad amarilla y de su relación con el vestuario, ni del ya famoso incidente tras la derrota en Gijón que dejaba a los asturianos en primera. Y esta temporada, sin ir más lejos, se quejó también de las condiciones de la hierba helada con las que se disputó el partido ante el Alavés en Mendizorroza. Así que no es un entrenador que despierte ciertas simpatías.
Sin embargo, quizás no sea Bordalás el técnico más adecuado para hablar del carácter de nadie ya que su historial tampoco invita a crearle un club de fans.
Sin ir más lejos, el Elche destituyó a Bordalás en la jornada 32 de la temporada 2011-2012 pese a que el conjunto ilicitano se encontraba tan sólo a seis puntos del play off de ascenso, cuando quedaban más de 30 por disputarse y pese a haber jugado la temporada anterior la final del play off por subir a primera división ante el Granada (final cargada de una alta dósis de tensión debido al cruce de declaraciones con Fabri, entrenador de los andaluces). La situación tensar la cuerda con el consejo de asdministración de la entidad franjiverde era insostenible.
Tampoco es que saliera mucho mejor del Alcorcón. Pese a meter al equipo alfarero en el play off de ascenso la relación no finalizó bien y tras caer ante el Girona en el play off, el ambiente era de tal calibre que Bordalás ni si quiera se subió en el autobús de vuelta desde Montilivi hacia Madrid. También es cierto que al año siguiente volvió a ser contratado por el equipo alfarero sustituyendo a Miguel Álvarez con el objeto de asegurar la permanencia en la categoría de plata.
Y por último también hay que señalar que Bordalás no fue renovado al final de la temporada 2015/16 en la que consiguió con el Alavés su primer ascenso en la primera división de su carrera como entrenador. Entre otras cosas, pesó bastante que el alicantino se quejara de la falta de refuerzos , de una plantilla corta, que su fútbol no fuera demasiado vistoso, y un amago de dimisión en pleno mes de enero cuando no llegaron los refuerzos que le pidió al Consejo de Administración.
En la temporada 2016/17 fue recultado por Ángel Torres para el Getafe cumpliendo con creces en el apartado deportivo. Pero viendo sus antecedentes, y los de Marcelino, no parece que vayan a agotarse los carnets de miembros de sus respectivos clubes de fans.