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Entre la valentía y la osadía

22/07/2022 - 

VALÈNCIA. Si de algo no se puede acusar a Gennaro Gattuso es de cobarde. Aterrizar en un Valencia CF en sus horas más bajas a nivel deportivo y social, y con la amenaza de perder a sus mejores jugadores, no es un desafío apto para gente sin carácter.

Pese a que el Gattuso entrenador está en las antípodas del Gattuso futbolista es innegable hablar de la misma persona. Si algo nunca le faltó a "Rino" fue arrojo y valentía.

Por eso creo necesario hacer hincapie en su arriesgada apuesta por cambiar el ADN del Valencia CF. Tradicionalmente Mestalla siempre bebió los vientos por los equipos aguerridos, ordenados y pertrechados atrás para buscar cortas vertiginosas, verticales y en pocos pases realizar transiciones que hicieran daño en la meta rival.

¿Significa eso que el Valencia CF sólo puede tener un modelo de juego? No, error. Significa que al club siempre le ha ido más un estilo que otro, pero eso no conduce obligatoriamente a que la idea futbolística de Gattuso esté condenada al fracaso

Si parece que, de partida, los handicaps van a ser muchos, porque más allá del ADN tradicional de Mestalla el nuevo entrenador se encuentra una plantilla que en los tres últimos años ha ido menguando su calidad de una manera celérica (aunque sea hacer futbol-ficción, si Gattuso se llega a encontrar una plantilla como la de 2019, el camino hacia sus conceptos hubiera sido mucho más sencillo).

Sólo recuerdo a un técnico que se saliera con la suya a la hora de hacer jugar al toque al Valencia CF, Guus Hiddink en los 90. Bien es cierto que aquella plantilla de la que disponía el holandés daba para eso y para más: Quique y Leonardo en los laterales, Fernando y Arroyo en el centro del campo o Eloy y Lubo... una locura.

Ahora llega Gattuso. Enfundado en su idea de ser protagonista con el balón, de querer la pelota, ocurra lo que ocurra y si no sale bien el italiano será responsable pero nunca culpable. En todo caso el culpable será quien trajo a un preparador sin saber si sus ideas encajaban con la plantilla existente. Y mientras eso lo decida un señor sin ningún conocimiento del fútbol en un despacho a 11.000 kilómetros de distancia, en lugar de hacerlo profesionales debidamente formados, estaremos en las mismas.