El segundo programa de Aros Olímpicos tuvo como protagonista a la patinadora Sara Hurtado que se encuentra recuperándose de su rotura del labrum tras sufrir una caída en Moscú durante un entrenamiento el pasado verano.
‘Los Juegos Olímpicos son todos los días’, reza nuestro lema. Y no hay mejor ejemplo que materializar esa frase en una deportista que, desde la soledad que supone la recuperación de una lesión, demuestra día a día los valores de la superación, el esfuerzo y el compromiso. Sin ir más lejos, el propio lema olímpico nos enseña que ‘Citius, Altius, Fortius’ (en latín, ‘Más rápido, más alto, más fuerte’), es la propia metáfora de cualquier atleta. Y Sara Hurtado nos demuestra, a través de los micrófonos de Plaza Radio, la está aplicando a la perfección.
Si la pandemia mundial producida por el Covid_19 ha paralizado la rutina de todo el mundo, incluido los deportistas, una lesión de gravedad prolongaba la inactividad de Sara Hurtado durante este abrumador 2020. Con su clásica sonrisa, Hurtado afronta con optimismo su recuperación contando los días para volver al hielo y patinar más rápido, saltar más alto y, sin duda, volver más fuerte.
“Me encuentro muy bien. Ha sido la lesión más grande que he tenido en mi vida. Está siendo un camino duro porque ha sido más complicada la rehabilitación que la propia operación que fue todo un éxito. Gran parte de mi carrera se la voy a deber al cirujano Mario Gil de Rosas. Hay muchas personas detrás de los deportistas y de los equipos y se habla muy poco de ellos. Son personas que, en este caso, nos cuidan a diario como los fisios o los entrenadores. Gracias a la operación de mi cirujano no fue una cirugía abierta y fue capaz de reparar todo el daño que tenía en mi hombro recuperando mi tejido. Eso para una deportista que todavía puede seguir compitiendo es muy valioso.”, reconocía Sara.
La patinadora, que cerró el 2019 con la medalla de bronce conseguida en la Rostelecom Cup junto con Kirill Jalyavin, jamás imaginaría lo que el 2020 tenía preparado para su carrera: “Está siendo un año muy raro no solamente por la incertidumbre que produce esta pandemia sino porque, a nivel deportivo, se están suspendiendo varias competiciones y está siendo un trastorno a nivel mundial. Para los patinadores, que debemos tener programado todo el calendario, esta situación ha eliminado toda percepción de tiempo y preparación. La pandemia, bajo estos parámetros, es otro tipo de lesión porque detiene al deportista y no sabes cuándo vas a estar listo generando esa incertidumbre. También es una situación que debemos adaptarnos y esa sensación ya la conocemos en el deporte. Esto pone a prueba tu motivación. Por otra parte, esta situación de incertidumbre provocado por el covid nos viene bien para aprovechar el tiempo para recuperarme. Al no tener esa prisa nos sirve para trabajar en recuperarnos de la mejor manera posible”, confesaba Hurtado.
Su confinamiento en Moscú y su posterior lesión cuando volvía a los entrenamientos han paralizado la progresión de la patinadora que, además de su recuperación física, ha tenido que entrenar esa capacidad mental y psicológica para superar este momento. “Ahora lo estoy llevando bastante mejor pero han sido meses muy duros porque he salido de un confinamiento muy duro donde lo pasé sola en Moscú y se hizo muy pesados. Luego de esa etapa, cuando estábamos recuperando sensaciones en el hielo, tuve esta lesión. Justo cuando estaba volviendo a entrenar tuve este accidente muy brusco donde me machaqué el hombro en un segundo y fue un shock. Lesiones así suponen la mayor pesadilla para un deportista y te hace ver las cosas de otra forma. Por la cabeza pasan muchas cosas: encontrar los motivos para seguir adelante, pensar si te sigue compensando o recordar cuáles son tus objetivos. Es un trabajo más introspectivo que te hace sacar lo mejor ti porque, contestando a todas esas cuestiones, la vuelta a la rutina deportiva la haces con una base muy sólida. Gracias a esa reflexión uno tiene los objetivos más claros y tus motivos más definidos”, reconocía.
Sara Hurtado ha demostrado desarrollar la madurez deportiva para detectar sus preocupaciones, miedos e incertidumbres y afrontar su recuperación con esfuerzo, dedicación y sacrificio. “Este tipo de ‘baches’ te hace sacar tu mejor versión para enfrentarte a ti mismo. Llevo tiempo pensando en orientar mi carrera en otra manera compitiendo junto a Kirill contra nosotros mismos. Estoy luchando contra mi propia biología y la tengo que dejar hacer su trabajo. Es bastante interesante ver como después de esta lesión uno va viendo su versión más madura y te sientes otra persona”.
Otro factor a tener en cuenta es sobrellevar esta recuperación lejos de su pareja de competición que se encuentra entrenando en Rusia. “Tener a Kirill lejos es como si me faltara un brazo por así decirlo. Él sigue entrenando por su parte para que la vuelta no sea más dura y estamos en permanente contacto. Le voy contando cómo va mi recuperación y el siempre se preocupa de que no vaya tan rápido porque me conoce. Él está bastante pendiente y me da ese apoyo que es muy importante para un equipo que somos dos personas ya que sabemos que no tenemos ningún suplente, sino que nos tenemos el uno al otro”, reflexionaba.
Sara Hurtado sigue en su Madrid natal recuperándose y soñando pisar lo antes posible el hielo para hacer lo que más le gusta: patinar.